SANTIAGO.- Está preso bajo custodia policial en un centro clínico privado de esta ciudad, un hombre que admitió haber echado veneno a una batida de zapote con fines suicidas, pero que parte de ella fue ingerida por su suegro Isidro Manuel Ovalles Santos, ignorando la situación y quien murió cuando recibía atenciones médicas en el hospital Presidente Estrella Ureña, de aquí.
Rafael Antonio García relató que, agobiado por problemas económicos, compró una batida y dos tostadas y que de camino a su casa se detuvo, le echó una sustancia tóxica, la tapó, continúo su ruta y después que estaba en la casa, las dejó encima de la mesa del comedor.
Narró que de inmediato salió al colmado a comprar un refresco, y que en ese momento llegó su suegro Ovalles Santos, a quien su hija Nieves Carolina Ovalles, mujer de García, le brindo batida y tostada, ignorando que el líquido contenía veneno.
Dijo que cuando su pareja sentimental y él estaban solos, tomaron de la batida, pero que ignoraba que su suegro había ingerido parte de la misma, ya que se había marchado de la casa, donde horas después falleció.