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¿Cómo saber si las palabras terminan en ción o en sión?


 

Los que no tienen memoria dicen que esa cualidad es la inteligencia de los estúpidos. Pero la verdad es que surge como resultado de las conexiones sinápticas entre las neuronas, y que va de la mano con la capacidad del cerebro para resolver problemas.

La memoria es la capacidad de la mente de codificar, almacenar y recuperar la información del pasado. En la antigüedad, cuando la escritura no era de dominio público, las rapsodas memorizaban libros completos y los ‘cantaban’ en espacios abiertos para que la tradición oral se encargara de preservar las grandes gestas humanas o invenciones de la imaginación.

Con la divulgación de la escritura, esas personas que guardaban en sus cabezas la historia se fueron haciendo cada vez menos. Consultar una enciclopedia se hizo más fácil que viajar a escuchar al sabio que vivía sobre las montañas. Claro, y luego llegó la Internet con algunas preguntas: ¿hasta cuándo estará flotando en la red toda esa información? ¿Una catástrofe nos obligaría a volver a los libros? ¿Otra catástrofe más grande haría que incluso tuviéramos que volver a la memoria para recuperar lo que somos y lo que fuimos?

De hecho, en la actualidad muchas personas desconocen las reglas bajo las cuales deben escribir en castellano y han logrado memorizar cada una de las palabras que utilizan para saber cuándo se escriben con alguna letra en particular o cómo se acentúan. Esa práctica es admirable pero a la vez habla de las deficiencias del sistema educativo. De todas formas, lo más adecuado es memorizar la regla para escribir correctamente incluso palabras nuevas.

Hoy hablaré de las palabras que terminan en ción y de las que terminan en sión. Cuando alguien se equivoca con esas terminaciones, siempre llega un sabelotodo a criticarlo, pero el que se equivoca debería reaccionar preguntándole al sabelotodo por qué. Lo más seguro es que el sabelotodo no lo sepa. Pero tranquilícese, ahora usted lo sabrá.

Se usa la terminación ción cuando la palabra más cercana de la misma familia terminan en do, dor, to, tor o torio, o cuando proviene de un verbo termina en ar -menos los que terminan en sar.

Por ejemplo, por el poco uso que le damos, podríamos tener problemas para escribir la palabra abdicación. Pero si consideramos que viene de abdicar, ya sabemos que termina en ción. Igual ocurre con acumulación, adivinación o aleación.

Otro ejemplo es flagelación. Si nos ponemos a buscarle alguna palabra cercana encontramos flagelado, y entendemos que termina en ción. Igual pasa con salvación: salvador, con audición – auditorio, o con canción-canto.

Por otra parte, terminan en sión las palabras derivadas de otra que termina en so, sor, sorio, sible, sivo, sar, tir, dir o ndir. Por ejemplo: confundir – confusión, invasor – invasión, provisorio – provisión, admisible – admisión, divertir – diversión.

Recuerde que escudriñar las reglas del castellano y leer a diario son las únicas vías para escribir correctamente.

Néstor Luis González

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