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Culpable Pablo Casellas en juicio federal en Puerto Rico


Casellas se expone a cinco años de cárcel por cada uno de los cargos. (Archivo)

 

 

SAN JUAN, Puerto Rico.- Pablo Casellas Toro fue encontrado culpable la noche de este jueves de tres cargos relacionados a emitir declaraciones falsas a agentes federales al alegar que fue víctima de un supuesto «carjacking».

Al jurado compuesto por ocho mujeres y cuatro hombres le tomó tres horas y media llegar al veredicto unánime, que fue aceptado por el juez federal Joseph R. Goodwin, de Virginia Occidental.

La lectura de sentencia fue señalada para el 11 de agosto. Casellas Toro se expone a una pena máxima de cinco años por cada uno de los cargos por los que fue encontrado culpable, y podrían ser concurrentes entre sí.

El juicio a nivel federal fue por tres cargos por «a sabiendas y voluntariamente ofreció testimonio falso, fraudulento y ficticio» al alegar que fue víctima de un carjacking por parte de tres individuos el 17 de junio de 2012 de camino hacia el Club Metropolitano de Tiro, en Toa Baja. El hijo del juez federal Salvador E. Casellas alegó que le dispararon en el brazo derecho, que lo mandaron a sentarse en el lado del pasajero de la guagua Acura MDX, y escapó por la ventana. Alegó que le robaron dos armas, una de las cuales fue el arma homicida en el caso de asesinato de su esposa, Carmen Paredes Cintrón.

Por este crimen, el excorredor de seguros fue encontrado culpable en febrero pasado en una corte estatal y sentenciado a 109 años de prisión.

El hoy convicto permaneció tranquilo cuando escuchó la decisión del jurado, a quienes se les preguntó uno a uno si ese era su veredicto. Casellas Toro continuará bajo la custodia federal en el Centro de Detención Metropolitano (MDC, por sus siglas en inglés), en Guaynabo.

Tras conocerse el veredicto, los fiscales federales Michael Gilfarb y Andy Camacho, del distrito sur de Florida, se limitaron a decir que «el jurado ha hablado y estamos muy satisfechos».

Por su parte, el abogado de Casellas Toro, Francisco Rebollo Casalduc, insistió que el caso debió verse en otra jurisdicción ante un jurado que no supiera que en la esfera estatal, su representado fue sentenciado cadena perpetua por el asesinato de su esposa, como había solicitado desde un inicio.

«Irrespectivamente de lo que usted piense de Pablo Casellas, Pablo Casellas, como cualquier otro ciudadano, tiene derecho a un jurado justo e imparcial, sin conocimiento previo del caso, para que evalúe la prueba, como nosotros planteamos en nuestras mociones. En Puerto Rico era imposible encontrar un jurado que no conociera del caso anterior», manifestó Rebollo Casalduc, quien había solicitado que el caso se viera en el Tribunal de Massachusetts, en Boston, y adelantó que apelará el veredicto.

Previo al veredicto, durante los informes finales, el fiscal Gilfarb indicó que no tenía suficiente tiempo durante su turno para refutar la «desinformación» ofrecida por la defensa, pero que su informe se basó en que el FBI fue quien cometió el «carjacking» contra Casellas Toro o que plantaron evidencia.

Esto dado a que la defensa del convicto alega que uno de los proyectiles encontrados fue disparado anteriormente contra una pared y colocado en la escena.

«El FBI disparó un proyectil contra una pared y lo puso en el carro. Si lo vas hacer, agente, házlo bien», dijo Gilfarb, dirigiéndose al agente que investigó el caso.

«A lo mejor vinieron extraterrestres y lo hicieron. Eso es posible», añadió Gilfarb, quien destacó que no hubo explicación por parte del acusado de cómo las armas que reportó robadas estaban en su hogar un mes más tarde.

«La verdad, como el aceite, siempre sale a flote», señaló el fiscal, quien criticó que la defensa se fijó en la evidencia que no presentaron y no en la presentada en el caso.

Entretanto, en su informe final, el abogado del acusado, Francisco Rebollo Casalduc, señaló lo que entendió eran deficiencias en la investigación de los agentes del FBI, como no ocupar la camisa de su representado, quien recibió un disparo en el brazo derecho, para poder determinar si tenía rastros de pólvora, lo que significaría que pudo autoinfligirse el disparo.

Para justificar el por qué las armas que reportó como robadas el 17 de junio de 2012 fueron encontradas en su casa poco más de un mes después, Rebollo Casalduc recordó que la oficina donde guardaba las armas de fuego estaba desordenado.

«¿Cómo es que encuentran las dos armas en su casa? El reguero que había, así es que su mente trabaja. No embalde confundió cuáles fueron las armas que reportó robadas. Simplemente se confundió y no se dio cuenta para reportarlo», indicó Rebollo Casalduc.

El abogado apeló a los jurados, recordándoles que debían encontrarlo culpable solamente si no tenían duda razonable.

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