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Dibs en busca del yo


MARIA LUISA ESTEVEZ1Por María Luisa Estévez

Virginia M. Axline (1911-1988). Psicoterapeuta estadounidense, precursora de la Terapia de Juego, autora de varias obras sobre terapia de juego o terapia lúdica. Su obra cumbre: “Dibs en busca de su propio yo”, es un clásico Best Seller, un didáctico instrumento propuesto a profesionales de la psiquiatría, la psicología, el magisterio; pero también una obra ideal para madres de familia, padres, tías, abuelos, tutores y relacionados en el trato con los niños y niñas.

La literatura sorprendente, es didáctica, aunque sin pretensión; una obra fascinante que relata inicio, trayecto y resultados finales de un proceso terapéutico lúdico. El contenido es la historia de Dibs, un niño de cinco años, de carácter y comportamiento difícil; la integración familiar, la forma, el estilo, los pasos en los que se basa la Terapia de juego, y la fascinante atmósfera, o dinámica que se entreteje en una relación terapéutica con una criatura de estas que forman parte del reino infantil.

Al leer la obra, por recomendación de mi estimada maestra Isabel Peña, quedé fascinada, creo que cada quien será otra persona después de leerla; en lo que respecta a este articulo, no se asemeja, ni limita para apreciar el contenido; mis apreciaciones son retóricas, muy subjetivas, y lo que deseo vehementemente que prevalezca es la recomendación para que se avoque a la lectura de “Dibs en busca del yo”. Sea cual sea la profesión u oficio a la que se dedique, su visión y comprensión sobre los niños nunca será la misma, por eso, más que un ensayo sobre el libro, comparto aquí  algunas de mis reflexiones sobre “Dibs en busca del yo”.

Prefacio

Dibs era un niño de difícil diagnostico, lento desenvolvimiento, lo cual podría ser aplicable a múltiples causas psicológicas, y hasta biológicas, por lo que su conducta  personalidad  era un enigma, para profesores, tutores, y autoridades escolares interesadas.

Tratado con éxito en terapia de juego, que es un instrumento de ayuda para los niños y niñas, que les permite a través de un ambiente, y de una actividad natural para ellos, como es el juego, y con un profesional entrenado especial para esto, conocerse a si mismo, superar sus conflictos internos y externos, expresar sus inquietudes, y angustias, conocer y aprender sobre sus capacidades y recursos;  superar sus dificultades psicológicas y emocionales.

Parecía un niño tranquilo. Sin embargo meritaba vigilancia especial, su progreso en la escuela al inicio fue lento. Los profesores a veces creían ver a un retrasado mental, a veces otras, a un inteligente superior. Extrañamente lloraba a la hora de ir a casa.

La realidad de Dibs era un misterio, algunos maestros sospechaban de un malestar familiar como causa de su conducta y carácter. Incluso habían exagerado su poco provecho con el fin de mantenerlo en la escuela, tenían respeto por su condición, y no dejaban de estar involucrados, así llego a ser recomendado para tratarse en terapia de juegos, y es donde entra la autora del libro “Dibs en busca del yo”: Virginia Axlinder.

Interés en el caso

“No conocemos las respuestas para los problemas que entrecruzan el campo de la salud mental”, dice la autora de “Dibs”, pues muchas de nuestras impresiones son frágiles.

La autora llegó a la conclusión de que en el caso el mejor punto de partida para conocer a Dibs sería su lugar de estudio, para lo cual concertó visitas a su casa; conversar con la madre, convencerla de la utilidad de realizar citas con juegos, en un especializado Centro Infantil de Guía Psicológica.

Cada niño necesita tiempo para explorar el mundo a su manera, dice la autora Virginia M. Axline. Interpretar como hablan los movimientos, lo que indica cada actitud y preferencia es tan complicado y delicado, como emitir un mensaje de receptividad y seguridad adecuado para que se produzca el dialogo intrapersonal, y bipersonal a través del juego.

Entender y mantener la actitud de comodidad en el dialogo es esencial en la terapia de juego, es un reconocimiento al esfuerzo por mantener una comunicación mutua, sobre todo al inicio, mas que indicar cualquier deseo del terapista, es la parte destacada en  la modalidad no directiva prevaleciente en la terapia de juego.

“Juega, haz lo que desees”

A estas alturas, aunque no era todavía conversador, ni colaborador, la terapista y el niño Dibs, ya iban de la mano al salón de la terapia de juego, surgía entonces una amistad, o una relación aceptada por las partes, revelaba intenciones de acceder a complacer peticiones.

Con Dibs la terapeuta tiene como objetivo, en parte,  establecer diferencia entre sus sentimientos y sus acciones. Le ayuda a entender que hay limites; es reiterativa en acciones que le fortalezcan el sentido de la responsabilidad, y del respeto a los limites, independientemente de cómo se sienta al respecto.

Intenso proceso terapéutico, Dibs estaba entusiasmado y la terapeuta quería que el aprendiera que era una persona compuesta de muchas partes, con sus altas y bajas, sus amores y sus odios, sus temores, y su intrepidez; sus deseos infantiles, y sus intereses mas maduros; que aprendiera por experiencia propia la responsabilidad de asumir, y usar su capacidad en las relaciones con las personas; lo hacia sin dirigirlo hacia ningún canal en específico, para no precipitar, ni empañar, ni confunducir.

“Ninguna parte de su mundo es estática y controlable, trabajar con sus reacciones hacia el mundo cambiante era importante.”. Dibs tendría que aprender.

El caso de Dibs era un claro ejemplo de cómo las conductas y actitudes de los padres, el trato con los niños, influye en su carácter, todo por sentir una falta de amor, de espacio adecuado para la comunicación y expresión de afecto. Todo lo que puede crear un ambiente familiar muy enmarañado y complicado, doloroso. “Las complejidades de los patrones y de la conducta humana, se hacen patentes una y otra vez”.

Tras las sesiones terapéuticas el niño estaba creciendo; la terapeuta conmovida, escuchaba confesiones simples, geniales, sencillas de Dibs, “algunas cosas dependen de mi, otras no.”. Dirigía la conversación comentando sobre cada quehacer, y naturaleza de los productos, y actividades, adelantaba. “Cuando gotee la pintura, que se escurre, yo la limpiaré”.

Esas confesiones, comentarios que a veces nos divierten, o sobrecogen, revelan los sentimientos y actitudes de los niños y niñas, y sirven para construir relaciones y espacios con sentido de calidad.

Dibs nos recuerda que los niños están muy conscientes de lo que les rodea, aunque no reparen sobre eso. Igual que los adultos; nosotros, no hacemos comentarios verbales de todo lo que vemos, oímos, sentimos, pensamos, o deducimos, pero tenemos sentimientos al respecto. Ellos también, son capaces de  aborrecer y de amar; palabras, gestos y actitudes; y desear, y pedir de distintas formas que sean cambiadas por otras. A veces  a los adultos, por si solos, se nos dificulta entender esa causa.

Surgía Dibs

En la sala de juego, Dibs fantaseaba con los juguetes con los soldados con los espacios, de manera que formulaba historias imaginarias. Eran batallas que libraban soldados de plomo, o de plástico, jugaba a causas intensas reales que  llevaban a la guerra; una guerra fría, que el a lo mejor aspiraba desatar, y ganar.

Jugaba a esa guerra que  lo había desafiado e incluso preparado para el combate; con oponentes cercanos y queridos; que ignoraban sus razones, su poder, y su fuerza, a los que el se consideraba semejante en habilidades y destrezas, y en su mente, hasta superior a veces. Le constaba que los motivos de sus contendores, sus propios padres, eran simplemente absurdos y oscuros; renegaba incluso  tales sentimientos. Por medio del juego Dibs  hablaba, explicaba su ira, su meta mensaje, su frustración; se haría consciente de sus asuntos, y recursos propios; y solo por medio del juego quizás se podía continuar navegando, aun el mismo, ese mar profundo de sus sentimientos.

Es a través del juego que la terapeuta llega a conocer el alma de Dibs, y  se entera de su inteligencia extraordinaria, de su sensibilidad; que el aprecia que en la primavera las hojas nacen y se abren y crecen verdes porque la lluvia les ha traído de nuevo la verde vida. Sabe que en el invierno las hojas se van volando lejos, y son juntas en un lugar en donde las recogen como basura. Demasiada promesa para un niño de quien inicialmente  algunos sospecharan  debilidad mental.

Ya reflexiona. “Me gusta leer sobre las cosas que veo, y me gusta ver las cosas que leo”.  “Hay dos tipos de hacer de cuenta. Hacer de cuenta que esta bien hacer de cuenta, y hacer de cuenta que es tonto hacer de cuenta”.

Asociaba emociones positivas y negativas a colores, en sus cantos. La terapeuta observaba el desplazamiento, el juego, y el jugar de Dibs, sobre lo cual evaluaba, y si acaso, formulaba preguntas; asintiendo, o negando lo sostenido, y participando pasivamente, como puente de dialogo, su trabajo es mas bien evaluativo.

A veces, desde entonces se tienen actitudes con respecto a algunos temas, y personajes, como la religión, Dios, la iglesia, la gente; desde niño. “Soy un niño”. Estar conciente de su realidad, de sus límites es asombroso. Y se buscan refugios, cosas como la risa, el juego, la agresividad, la evasión, o como Dibs, en su intelectualidad.

Porque el yo, tiene muchas direcciones, muchos casilleros en los que archiva esos registros sensoriales, pudiendo luego ser ilocalizables, imborrables; pero igual existentes, latentes, que en cualquier momento pueden ser activados; son los demonios del mal, implantado, encarnado en las confusiones y errores de un ser no claro.

Un Mundo de Juguete

La imaginación es muy certera, sabe y piensa en la escuela, el hospital, la farmacia, el aeropuerto, las calles, casas, ruidos, barcos, agua, mar, sol, y tierra, pero aun en ese mundo imaginario bien construido que muestra en su reconocimiento el desarrollo, continua la nostalgia, y el desconcierto por algunas ideas no claras con respecto al mundo que en verdad le importa, su familia.

Como se relaja cualquier niño;  que a veces opta por retraerse, que  se revela a si mismo,  a veces como un niño grande, y otras mas chico y vulnerable. Sabe que es un refugio emocional, acepta sus sentimientos, y percibe que es normal, que no es necesario que pruebe nada, que es solo una criatura; siente plácida la prueba de que las cosas marchan como deben ser, y ya… Por eso cuando necesita el biberón lo chupa y listo, solo esta buscando calma.

Como acompañante de los bajitos, se que el hecho de que se le acompañe,  escuche,  observe; le da seguridad, y paz, le satisface internamente, la relación es fortalecida por ese vinculo capaz de comprender, escuchar, admirar, respetar, valorar sus condiciones, sus recursos, sus fortalezas, sus debilidades incluso. De aceptarlo como es. Entonces entiende  que es valioso, aun, cuando no se le haya dicho con palabras, se siente extraordinario,  por ser el mismo.

Con el tiempo esa criatura recordar, y le dirá como dijo Dibs décadas después al encontrarse con la maravillosa “Miss A”. “Todo lo que yo hacia lo hacías tu, todo lo que yo decía, lo decías tu… Recuerdo.” Recuerda que le escuchaba con interés y atención, que apostaba a el.

En resumen

Las cosas importantes son las que quedan después de haber olvidado todas las demás. “Como dije que lo quería, como dijiste que lo quería, como dijimos que lo queríamos”, son valores establecidos, aceptados, principios, paradigmas, parámetros a seguir, que nos hacen quienes somos. El boceto, el programa, la orientación, el mapa a seguir, como son las cosas de la mejor manera, Dibs lo aprendió de su madre, de sus maestras; y con la terapeuta de juego.

Una criatura atendida así, moldeada con principio de dignidad, lealtad, independencia, de razón; defenderá y enarbolara la bandera de la dignidad siempre, para todos. Evitara  apoyar injusticias para complacer a los poderosos,  omitir verdad para complacer a los débiles. Subyugarse a la férrea autoridad cuando no sea pertinente, ni justo.

Propiciará revoluciones si es preciso. Se convertirá en héroe, producirá noticias suyas que extenderán fronteras. Un joven criado con valores, como Dibs, respetara siempre la amistad, y la solidaridad.

Estará convencido, y defenderá que “hay cosas más importante en este mundo que una demostración de autoridad y de poder, y mas importantes que la venganza, el castigo, y la violencia.” Será un esclarecido abanderado de los derechos, de la libertad, de la justicia de la soberanía, como condición inherente al ser humano. Abrirá cerrojos a la sapiencia, desechara la ruindad, y diluirá todo prejuicio con tinta amarilla en señal de desprecio y condena. Y seguirá incólume siendo el, trazando línea divisoria ante los hueste de la ignorancia, de las injusticias, del oscurantismo. Con entereza, cuando joven, como Dibs, sentirá actuará.

“Con sinceridad y propósito de acción”

“El valor de toda experiencia terapéutica es el equilibrio entre lo que el individuo trae a la sesión, y lo que se lleva”. Virginia Axline”.

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