Donatella Versace se aferra a la juventud y a la belleza, así que ha hecho todo lo posible por detener el paso del tiempo. Tiene 60 años y se aferra a lucir como si tuviera 25 y el crimen está en haber deformado su rostro de tal forma que nadie puede no reconocerla por sus grotescas facciones.
El nacimiento de una diva. Con el auge de la marca, Donatella cambió. Su estilo era gris, sin mayor atractivo y se transformó en una diva de la moda que nos recuerda ahora a Lady Gaga.
En los 90. Melena rubia, busto y labios pequeños, así lucía Donatella en los 90, época de mayor esplendor de la casa Versace. En aquellos años lucía siempre un maquillaje enfático en los ojos y un pesado flequillo.
Antes que Jennifer Lopez. Quien crea que el polémico vestido Versace con escote infinito fue hecho para JLo, está en un error. La primera en usar esta prenda fue Donatella, quien siempre gustó de las prendas atrevidas y de jugar con el tinte rubio de su cabello, así que podía ir d eun tono platinado a uno miel. El flequillo le servía para ocultar su amplia frente que no le resulta tan agradable.
Maquillaje. Una vez que se fueron los dorados 90, Donatella comenzó a notar los estragos del paso de los años: subió de peso y las líneas de expresión de notaban cada vez más. Comenzaron los excesos en el maquillaje que acabaron por hacerla ver disfrazada.
La obsesión. Cuando el maquillaje ya no fue suficiente, comenzó a intentar con otras opciones. Su rostro evidenciaba la aplicación de toxina botulínica y cirugía plástica. Sus faccionescomenzaron a transformarse.
La deformación. Los rasgos de la belleza italiana quedaron completamente deformado. Su extrema delgadez, el exceso de maquillaje y su piel cada vez más estirada para verse joven crearon un rostro completamente diferente y hasta con cierto aire masculino.
