Este consejo generó una discusión entre Antonio y su hijo, Héctor Antonio Florentino Paulino, de 33 años, al grado que este, con el lado filoso de un pico, atacó a su papá hasta quitarle la vida.
Después de cometer el crimen el parricida salió corriendo para evitar que lo detuvieran, pero posteriormente fue apresado por miembros de la Policía, según comentan los vecinos del barrio El Progreso, de Los Alcarrizos.
En la casa construida de madera y zinc, solo vivían Antonio y su hijo, Héctor, quien se la había hipotecado, generando esto una discusión entre ambos, además de los reclamos del padre para que este se alejara del vicio de la drogas.
Héctor, al quedar sin empleo, vendió su motor y luego se sumió en el vicio de las drogas, comentó Wiiliam Torres, un vecino que paso por el frente de la casa, que se encontraba cerrada con candado.
Antonio fue definido por los vecinos del lugar como un hombre tranquilo, que siempre mantenía su casa limpia, ya que era él quien estaba a cargo de los quehaceres de la casa.
