El cantante hará un curso de 12 horas para controlar su ira y pagará 50.000 dólares en obras benéficas
Justin Bieber se ha librado de una buena. Lo sabe bien, porque finalmente no se va a celebrar el juicio que estaba programado esta semana por su conducción temeraria. El motivo de la suspensión del juicio es el acuerdo al que el cantante ha llegado con la fiscalía local para que no se celebre y así librarse de una sentencia que podría ser muy perjudicial para la carrera del joven cantante.
Justin Bieber condujo ebrio y bajo los efectos de varias sustancias estupefacientes en unas carreras celebradas en Miami durante el pasado mes de enero. También se resistió a ser arrestado sin violencia, y aunque la tasa de alcoholemia no era muy alta, el análisis de orina probó que el cantante había consumido otro tipo de sustancias que habían alterado sus capacidades físicas y mentales.
En el acuerdo, Justin se declara culpable de los cargos a los que se enfrentaba, y tendrá que hacer un curso de 12 horas para poder aprender a controlar su ira y su rabia, además de pagar varios cientos de dólares en una multa que conlleva la donación de 50.000 dólares, de los que 37.400 dólares son para obras de caridad.
