SANTO DOMINGO.- La muerte de Raudy Torres, chef, folclorista dominicano y productor de televisión, reconocido por su tradicional y colorido Robalagallina, ha enlutado a Santiago, que lo vió nacer, crecer y convertirse en lo que será siempre, un ícono del arte culinario y el entretenimiento dominicano.
Ángel Torres, sobrino del chef y quien le acompañó hasta sus últimas horas mientras se encontraba internado en la habitación 329 del pabellón B de la Plaza de la Salud, aclaró la noche del lunes que la muerte de Raudy, a pesar de que se encontraba internado, sorprendió a la familia porque venía en franca recuperación.
“Estuvieron a punto de darle de alta. Él estaba muy contento. Todo venía evolucionando muy bien hasta aproximadamente la seis de la tarde del lunes cuando comenzó a sentir unas molestias respiratorias, se sentía sofocado, y recibió todas las atenciones médicas. Se hizo lo humanamente posible”, expresó Ángel a Diario Libre por teléfono.
Torres dijo que se vivieron momentos difíciles, pero los médicos estuvieron allí asistiéndolo. “Era un equipo médico de unas diez personas, contando a las enfermeras, que estuvieron con él, incluyendo su médico de cabecera”, dijo.
Ángel Torres precisó que su tío no sufría de una bacteria, como se publicó originalmente, aunque sí padecía de una infección que adquirió mientras se recuperaba de un proceso gripal que lo afectó en marzo. En cuanto a otros aspectos médicos, como un transplante de riñón, que se le había realizado, problemas cardíacos y la diabetes, sostuvo que estos eran parte del cuadro con el que estuvo lidiando de forma permanente y no las causas del internamiento.
Permitirán que el pueblo se despida
Ángel expresó a Diario Libre que a pesar de que está pendiente una reunión de la familia para determinar cómo y cuándo serán las honras fúnebres, se le permitirá al pueblo despedirse de él.
“Vamos a permitir que el pueblo se despida de él, porque así era él, una persona del pueblo. Todavía hay un protocolo que cumplir y una reunión familiar, así que vamos a esperar, pero la gente, sobre todo esa gente de Santiago, debe tener la oportunidad de despedirse de él”, señaló.
Torres llamó a quienes lo conocían y al pueblo a que lo recuerden como él era; “una persona contenta”.