Por Lucía Caraballo

El Recinto de la Universidad Autónoma de Santo Domingo en Santiago recibió el 7 de agosto, 2015, lleno de júbilo, pues la fecha en el calendario marcaba la llegada a su 30 aniversario de existencia inmerso en la capacitación de profesionales a nivel superior y de cuarto nivel.

Durante este periodo muchas cosas han pasado, si lo comparamos con la vida de una persona se podría decir que a esta edad ya tiene recorrido gran parte de su camino en la vida, pero si lo vemos desde la óptica de la institución que ha dado a los hijo de familias humildes la oportunidad de cambiar su futuro, entonces el valor de la cantidad varia.

La festividad inicio a la 8:00 a.m. reverenciando los símbolos de la patria y universitario, con el izamiento de las bandera y la entonación del himno nacional y el de la universidad.  En la explanada frontal de la biblioteca se congregaron autoridades, empleados administrativos y estudiantes, frente a ellos la banda de música de la Policía Nacional que con la mayor reverencia ejecutó las notas gloriosas.

Bajo el cielo azul, iluminado por el sol radiante ondeó la bandera tricolor, junto a ella la uasdiana, mientras la banda de música de la Policía Nacional susurraba que: linda en el tope estás dominicana bandera, quien te viera, quien te vieran, más arriba mucho más.

En el rostro de los presentes se podía observar el gesto de reverencia acompañado de un ligero movimiento de cabeza en señal de aprobación al hecho que acontecía ante ellos.

El 7 de agosto de 1985 el Consejo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo aprobó mediante la resolución 211 la creación de un centro en Santiago, treinta años ininterrumpido de servicio docente encierran una historia que empieza con una maestría en Educación Superior, que pretendía prepara los recursos humanos docentes necesarios para la región, como resultado un porciento importantes de esos maestrantes pasaron a ser docentes en el CURSA.

En 1986 inicia la docencia formal para estudiantes de grado, con carreras que atrajeron estudiantes inquietos de obtener preparación universitaria.  A las empezaba de la tarde iniciaba la docencia de lunes a viernes, los sábados desde la siete de la maña, en esas circunstancias fueron formados profesionales que hoy exhiben con orgullo ser egresados de la más vieja universidad del nuevo mundo

En este caso podemos mencionar a: Demóstenes Martínez, Grisbel Medina, Luz Bregman, Eusebio Mejía, Yomaira del Rosario, Antia Beato, Gerson Corona, Monchy Rodríguez, Nurys Estévez, Miguel Medina, Carlos Manuel Estrella, solo por citar algunos nombres de diferentes generaciones que se formaron en este recinto y que ahora nos lo encontramos en instituciones públicas y privada desempeñando las funciones para que fueron instruidos.

Pero el paso del tiempo trae consigo nuevas exigencias y para el CURSA no fue distinto, la voz se propago y muchos bachilleres empezaron a trasladarse de las ciudades y municipios cercanos a Santiago para matricularse en la extensión de la UASD, amparados en la esperanza de alcanzar el sueño de realizar una carrera universitaria y con ello cambiar su calidad de vida.

Esta situación plantea a las autoridades la obligación de buscar espacio donde albergar a los estudiantes, entonces, toma prestado espacio en el Colegio Pestalozzi, la escuela Venezuela, el liceo Ulises Francisco Espaillat, la escuela Genaro Pérez e improvisó aulas en los pasillos cuando se trató de asignaturas teóricas.  En otro momento el patio trasero fue el taller de modelado para los estudiantes de Artes Publicitaria y de Derecho.

Esto viene a confirma que los espacios físicos no son del todo determinante en la calidad, cuando existe el interés y la decisión de llegar a la meta propuesta, es así como el CURSA y sus estudiantes se van abriendo paso hasta alcanzar los objetivos propuestos, ellos realizando una carrera y la institución siendo fuente de vida espiritual para quienes no poseen los recurso para agenciársela de manera privada.