De la música popular y de muchas áreas del arte, la literatura, la poesía, plástica, y demás, desde siempre, artistas extranjeros que vienen al país y con el tiempo deciden hacerse ciudadanos dominicanos, nos honran con su preferencia, y conviven con nosotros enriqueciendo nuestros días, a pesar de algunas notas sociales discordantes.
Es un tema rosa, pero bien que nos anima, entusiasma, enorgullece y vienen bien las noticias de figuras relevantes que muchas de ellas, han andado gran parte del mundo, y se deciden por vivir en nuestra patria, nos llama a valorar la tierra nuestra.
Pues en días pasados conversando en encuentros distendidos con don Franklin García Fermín, del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT), y también el vice ministro doctor Genaro Rodríguez, charlábamos sobre ese tema y nos sugirieron lo tratemos en este espacio.
El Indio Araucano y Ricardo Montaner.
Así mismo, surgían nombres, casos, épocas; relaciones entrañables de muchas figuras con el público dominicano, medios de comunicación, artistas y figuras del periodismo y la comunicación. Por ejemplo, Marco Antonio Muñiz, artista mexicano, duró más de treinta años visitando, y casi residiendo en el país, amiguísimo de Freddy Beras Goico, Poppy Bermúdez, Augusto Guerrero y muchos más, se sentía el clan. Pero el tiempo pasa, pesa y pisa, como dicen.
El astro español Julio Iglesias fue uno de los primeros, quizás el más famoso en distinguirnos buscando él mismo la ciudadanía dominicana en noviembre del 2003, y el resto es historia sabida. El valor de este gesto, sin vallas de por medio reside en su entereza, franqueza y digna resolución para elegir auténticamente ser dominicano.
Gilberto Santa Rosa y Basilio.
El Indio Araucano (Oswaldo Gómez), chileno, de las montañas Araucas, intérprete de “La batelera”, “Soy marinero”, “Regalo de amor” y “Lamento Mapuche”, vivió muchos años en Villa González. El locutor Grey Núñez, nos comentó la anécdota de que cuando andaba por las calles de Villa González, la gente del pueblo le saludaban al pasar, ¿“Cómo está usted don indio?”.
Danny Rivera, honró la amistad cercana con los dominicanos, porque aquí se le hizo ídolo en los medios, en la radio; y luego se decantó por reconfirmar sus declaraciones de entrega total. Tremendo dominicano ese boricua.
Más reciente “El caballero de la salsa”, Gilberto Santa Rosa, por su gusto, aplatanado, dominicano. Ricardo Montaner, dominicano como el que más, ya, a sol y playa, familia y todo. El cantante panameño Basilio, denominado “la voz de terciopelo”, en una de sus visitas al país contrajo matrimonio con una dama mocana y residió algún tiempo en Moca.
Julio Iglesias y Danny Rivera.
La Sophy, por poco llega a serlo; pues de cerca si hemos estado, ha sido una de las más continuas, bueno, igual Yolandita Monge. Y Blanca Iris Villafañe también llegó a residir en Santiago.
Diego El Cigala, relación pasional con el país. Y luego, intérpretes varios, y merengueros coristas de Ecuador, Guatemala y Venezuela, de donde tenemos muchos dominicanos ya, artistas célebres y cabales.
Yolandita Monge y La Sophy.
Y pensar que muchas veces no tienen idea lo importante que son en nuestros afectos y lo fuerte que indirectamente nos influyen. Desde cuándo y cómo le conocemos, hasta donde, lo poco o mucho, las anécdotas propias y ajena, la gente que sabemos es locos con ellos. Es curioso. Cosas del arte. La magia de la música.
Y para finalizar, agradecer a los doctores Franklin García Fermín y Genaro Rodríguez, y al periodista licenciado Julián Sosa, el haber motivado este tema a través de esa conversación cálida, anecdótica e interesante, recordando a esos artistas, muchos de ellos ya queridos compatriotas.
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