Iniciar un tiempo con expresión y sentimiento alegre y de celebración es en el mundo el Carnaval, la fiesta que escogieron los pueblos para externar sus concepciones de las cosas, de la vida y del universo.
Es el carnaval un intercambio sobre lo que siente y piensa cada quien, acerca de su forma de vivirlo. Fe en cada corazón: Cultura en todo el mundo.
Es el carnaval una herencia inmaterial, un enunciado de lo que representa el hombre en sociedad, frente a lo que mueve a cada gregario. En el carnaval se vale todo, es el tiempo libre de catarsis, antes del recogimiento de Cuaresma. Para protegerse está la máscara.
El ánimo que sale desde adentro, a las calles quiere ir, a ver color y movimiento, a dejarse como es, concebir. Carnaval de foetes, “vejiga”, espejitos y cascabeles.
Con fulgor, tras el son de los ritmos, los rostros se iluminan y se expande la inspiración de ser lo que se es en parte, lo que se aspira, se admira y desea. Y con disimulo dejar que el otro sea, siempre que modele para nosotros su “felicidad”.
El lugar del carnaval es en aparente, se comparte y disfruta entre todos, sin reglas, ni excepciones, en artísticas galerías de pasarelas y escenarios; con sombreros, sonrisas y un grito “sincero” desde adentro. Con plumas, coronas, pulseras, turbantes, collares, voces y gritos!
Los saltos los incitan los tambores, la sorpresa la riegan las vejigas, atavíos aterciopelados con lazos, tul y cintas, estrella es el satín, las lentejuelas, cascabeles, oropeles, y poblados.
Gestos de gozos, expresiones de alegría; multitud en las aceras, atabales, cetros, reinas y fantasías. Emoción, desde el esfuerzo, sobrado y gratis entusiasmo y probada y reiterada dedicación. La sorpresa es el cruce entre lo imaginario y lo logrado. Los cumplidos son para la actitud que en carnaval está por encima de los hechos.
Carnaval, desfiles y dramas, caracterizaciones teatrales ambulantes, tradiciones envueltas en bailes, miradas, gestos sensuales, gritos de alarmas, coreografías, psicodélico visible de deidades.
Caderas, torsos, contorno, equilibrios de extensiones, faroles y afiches. El Rey se deleita, los niños lo gozan, se mecen los encajes y las flores, vuelan los zancos y se burlan los faldones, con tintas y palmera, payasos, creaciones.
La autoridad del circo mayor se demuestra en carnaval, la recepción que ocurre con chata, con agua, con vino o sin nada; jadeo acompasado del sudor de los días, tras los embrujos perfumados, con gracias y abrazos soñados.
Carnaval popular, de fantasía, de sociedad; personal, de látigos, tizne, antifaz y verdad.