
Por Claudio Concepción/Editor
A tres días de cumplirse el primer año del segundo mandato presidencial de Luis Abinader Corona, la atención del país se centra en la tradicional fecha del 16 de agosto, cuando históricamente los presidentes han realizado cambios en su tren gubernamental.
La población dominicana espera que el mandatario mueva las fichas, en un momento en que se presentan las memorias de obras y proyectos ejecutados en los últimos doce meses.
En el pasado, era costumbre que el jefe de Estado realizara sustituciones o reubicaciones de funcionarios, pero Abinader ha roto con esa práctica, manteniendo durante años a gran parte de su equipo. En algunos casos, cuando no ha enviado a sus colaboradores a la vida privada, ha optado por trasladarlos a otras funciones, cumpliendo así con los equilibrios internos de la denominada partidocracia perremeístas.
La expectativa crece y “la bola comienza a rodar” en los pasillos del poder. Los rumores sobre cambios generan tensión en altos estamentos, y no faltan quienes admiten que los nervios les están pasando factura. En Santiago, y especialmente en sus círculos políticos, la ansiedad es evidente: funcionarios locales están “con el credo en la boca” y las bases perremeístas mantienen viva la pugna por la repartición de cargos y beneficios.
Con la mirada del país puesta en el Palacio Nacional, los dominicanos esperan movimientos sustanciales que marquen el inicio de una nueva etapa. El presidente tiene en sus manos, como dicen en el argot político, “el plumazo” para definir el rumbo de su administración. El 16 de agosto dirá si Abinader mantiene su estrategia de continuidad o sorprende con cambios de alto impacto.


¡SOMOS NATIVA RD Y CARIBE RD RADIO! Continúa escuchándonos!