Los pobres han sido la bandera de los chavistas y su mejor clientela política para conseguir los votos. En su nombre han dicho y hecho de todo desde hace 15 años para mantenerse en el poder. Tanto que el ministro de Educación, Héctor Rodríguez, afirmó en televisión que “no es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media y que pretendan ser escuálidos (opositores)”.
Lo dijo hace tres días, concretamente el 25 de febrero, en el marco de “la campaña para erradicar la pobreza”. El joven ministro de 31 años, nacido en Rio Chico, estado Miranda, se sorprendió por la indignación que causó en las redes sociales que ordenó eliminaran el vídeo de Youtube donde aparece haciendo la declaración.
A Rodríguez no le gustó nada el escándalo que él mismo provocó con su indiscreción o metedura de pata. Sea como sea, el ministro reveló una verdad y es que la revolución chavista se ha alimentado del apoyo electoral de la clase baja. Sin los pobres no tendrían sentido “las misiones” o programas sociales. Y cuando suben de escala social entonces se vuelven opositores.
De alguna manera el dicho popular de “cría cuervos y te sacarán los ojos” se cumple con la opinión del ministro Rodríguez que coincide con la opinión del ministro de Planificación, Jorge Giordani, de que el chavismo necesita de los pobres para seguir en el poder, denunciado por el ex presidente de Petróleo de Venezuela, el ex general Guaicaipuro Lameda en Globovisión el año pasado.
Ahora se entiende el motivo por el que el presidente Hugo Chávez antes de morir repetía a los pobres: “ser rico es malo”. Nadie le hizo caso porque es difícil pedirle a alguien que siga siendo pobre cuando ve al gobierno inundado en corrupción. Al subir de escala a clase media se le volteará de inmediato. Y el ministro Rodríguez lo sabe. Fue sincero con su desliz.