CAGUAS, Puerto Rico.- La intérprete puertorriqueña Lucecita Benítez, ofreció este sábado pasado su concierto Voz y Luz, en el Centro de Bellas Artes, de Caguas, como parte de la celebración del décimo aniversario de ese centro dedicado a la cultura.
La Voz Nacional de Puerto Rico iluminó con su potente y dramático canto a las cientos de personas que llenaron la sala Felipe «La Voz» Rodríguez, y que disfrutaron de los 16 temas que interpretó, entre los que no faltaron éxitos como Son de la loma, Lágrimas negras, Ahora y Amor perdido.
«Me llamo Lucecita, pero mi nombre de pila con el cual me bautizaron fue Luz Esther, sí señor. Pero esta noche para ustedes soy simplemente Luz», saludó la artista, luciendo un elegante vestido de color naranja con brillo.
«Veo mucha oscuridad en este país nuestro de cada día, y cada día menos nuestro. Y la luz que yo les traigo no es la de la Autoridad de la Energía Eléctrica, esa no hay quién la pague, la luz que les traigo esta noche es la única que tengo, esa es para ustedes, mi voz para ustedes, que se haga la luz, música maestro», continuó Benítez para enseguida cantar Arráncame la vida y, luego, Salomé.
La intérprete se hizo acompañar por una orquesta de 18 músicos, incluyendo un conjunto de vientos, todos dirigidos de forma magistral por el maestro Ito Colón. La dirección artística estuvo a cargo del maestro Antonio Martorell, quien se encargó de hilvanar los temas y de hacer brillar el escenario solo con la luz de la voz de la cantante que no necesitó de grandes escenografías, apenas una pequeña mesa redonda con unas cuantas flores y una pequeña copa de la que bebía entre temas.
El concierto Voz y Luz, que comenzó a las 8:45 p.m. y duró dos horas, se dividió en dos partes. En la primera, se destacaron las canciones Amor perdido, Arráncame la vida y Miseria.
«El amor provoca dolor, ausencia, miseria, cenizas, despecho, celos, abandono… ¿Será que la felicidad no tiene cabida en el amor o es que dura bien poquito? ¿O es que el desamor es más importante que el amor? La tristeza provoca la creación y si es así, aquí les traigo mi voz para aliviar las penas del amor», manifestó Benítez para avivar a la audiencia con la canción Lágrimas negras.
En esta primera parte del concierto la voz de la cantante logró buenos momentos, pero hubo otros en que no se escuchó en su máximo nivel. Sin embargo, eso cambiaría drásticamente, luego de un breve intermedio.
Cuando la Voz Nacional de Puerto Rico, salió nuevamente el escenario, esta vez ataviada con un vestido negro con brillo, llegó deslumbrando con la fuerza vocal que la caracteriza, destacándose con canciones como Palabras de mujer y Olvídame, en la que fue ovacionada por la audiencia.
«Siempre los voy a necesitar, siempre… Me hacen muy feliz, muy feliz. Desde lo más profundo del alma, gracias», compartió Benítez.
El concierto continuó con El que siembra su maíz y Jugando mamá, jugando.
«Hace como tres años dijeron: ‘El telón cae para Lucecita Benítez’. Pero se equivocó la paloma, ¿saben por qué? Porque el telón nunca va a caer para Lucecita», aseguró la artista, haciendo referencia a un titular que leyó en el 2011 cuando en pleno escenario canceló sus concierto Antología en el Centro de Bellas Artes de San Juan, debido a una doble pulmonía que la afectó.
Pero aquel episodio quedó atrás y Benítez lo demostró al interpretar Ahora, La noche se va y Génesis, éxito que puso fin a la velada y con el que la artista enfatizó que «queda voz para rato».