Los individuos que mataron a 12 personas en un periódico francés están vinculados con una organización terrorista yemení.
Doce personas han muerto, entre ellas dos policías, en el ataque terrorista contra la sede del semanario satírico francés «Charlie Hebdo», en París.
El más joven de los sospechosos del ataque terrorista ocurrido hoy en un periódico de Francia se entregó a las autoridades, informó el diario ABC News.
Según el portal, la Policía Francesa confirmó que tienen en custodia al joven de 18 años, Hamyd Mourad, cuya nacionalidad no ha sido identificada.
Se cree que los otros dos individuos buscados por la Policía son hermanos. Cherif Kouachi, de 34 años, está en la lista de vigilancia mundial.
No se ofrecieron más detalles sobre el curso de la investigación
Las autoridades policiales en Francia habían identificado a tres hombres sospechosos de participar en un ataque contra las oficinas de un semanario que dejó 12 muertos y conmocionó a la nación.
Dos oficiales identificaron a los sospechosos como Said Kuachi y Cherif Kuachi, ambos franceses de entre 30 y 40 años, y Hamyd Murad, de 18 años.
Uno de los oficiales dijo que los individuos están vinculados con una organización terrorista yemení. Un testigo del tiroteo en las oficinas del semanario Charlie Hebdo dijo que uno de los atacantes declaró: «Pueden decir a la prensa que es al-Qaida en Yemen».
Los funcionarios hablaron con la condición del anonimato por no estar autorizados a hablar públicamente del delicado tema y por la investigación que está en marcha.
Cherif Kuachi fue condenado en 2008 de cargos de terrorismo por ayudar a los insurgentes en Irak y sentenciado a 18 meses de cárcel. No se han confirmado arrestos en la búsqueda de los atacantes. Se trató del atentado más letal en Francia en medio siglo.
Doce personas han muerto, entre ellas dos policías, en el ataque contra la sede del semanario satírico francés «Charlie Hebdo», en París.
Durante su juicio, Kuachi declaró ante el tribunal «realmente creo en la idea» de pelear contra la coalición encabezada por Estados Unidos en Irak. Agregó que fue alentado por las indignantes imágenes de tortura a prisioneros iraquíes en la cárcel estadounidense de Abu Ghraib, en Bagdad.
Hombres enmascarados irrumpieron el miércoles en las oficinas del semanario francés al grito de «Allahu akbar» (Dios es grande), y mataron metódicamente a 12 personas antes de huir.
El presidente Francois Hollande describió el ataque contra el semanario, cuyas caricaturas del profeta Mahoma han recibido frecuentes condenas de musulmanes, como un «atentado terrorista, sin duda» y dijo que «en las últimas semanas» se habían frustrado otros atentados.
En principio nadie se ha adjudicado la autoría del ataque.
Vestidos de negro con pasamontañas, fusiles automáticos y hablando en francés impecable, los atacantes obligaron a una caricaturista del semanario Charlie Hebdo —que estaba en la entrada con su hija pequeña— a abrir la puerta.
El personal estaba en una reunión editorial y los atacantes apuntaron directamente al director del diario, Stephane Charbonnier —conocido por su seudónimo Charb_, a quien mataron junto con su guardaespaldas policial, dijo Christophe Crepin, portavoz del sindicato policial. Minutos después, dos hombres se dirigieron con tranquilidad a un auto negro que los esperaba abajo y le dispararon a un agente de policía. Uno de ellos le disparó a la cabeza cuando se retorcía en el suelo.
Diez periodistas y dos agentes murieron, dijo Crepin. Uno de ellos era el guardaespaldas de Charb y el otro llegó luego en bicicleta.
«¡Oigan! ¡Vengamos al profeta Mahoma! Matamos a Charlie Hebdo», gritó uno de los hombres, captado por un video desde un edificio cercano que fue transmitido por la televisión francesa. Otras imágenes mostraron a dos agresores vestidos de negro en un cruce de calles que parecían disparar en la acera. Entre los disparos se escuchó el grito de «Allahu akbar».
Los pistoleros abandonaron el auto en la Porte de Patin, en el norte de París, y huyeron, dijo la policía.
Corinne Rey, la caricaturista obligada a abrirles la puerta, dijo que los hombres hablaban francés bien y decían ser de al-Qaida. En entrevista con el diario l’Humanité, dijo que los hechos se extendieron por unos cinco minutos.
Francia elevó su nivel de alerta al máximo y reforzó la seguridad en casas de oración, tiendas, oficinas de medios de comunicación y medios de transporte. Los más altos cargos del gobierno realizaban una reunión de emergencia. Las escuelas de la capital suspendieron las clases. Miles de personas se congregaron en la Plaza de la República, cerca de donde ocurrió el ataque, para honrar a las víctimas levantando bolígrafos en alto y sosteniendo carteles que decían «Je suis Charlie» (Yo soy Charlie).
Líderes mundiales —como el presidente estadounidense Barack Obama, quien ofreció ayuda para atrapar a los autores de la «horrenda matanza», la canciller alemana Angela Merkel, el presidente ruso Vladimir Putin y el primer ministro británico David Cameron— condenaron el ataque, mientras partidarios del grupo Estado Islámico lo festejaron como una merecida venganza contra Francia.
La milicia extremista Estado Islámico y al-Qaida han amenazado con atacar a Francia, y minutos antes del ataque, Charlie Hebdo había enviado por Twitter una caricatura satírica en la que el líder del grupo expresaba sus deseos de año nuevo.
Otra caricatura publicada esta semana bajo el título «Aún no hay ataques en Francia» mostraba a un miliciano que decía, «esperen un poco, tenemos hasta fines de enero para presentar nuestros deseos de Año Nuevo».
«Hoy es el día más negro de la historia de la prensa francesa», dijo Christophe DeLoire, de Reporteros sin Fronteras.
Testigos que no quisieron dar su nombre por razones de seguridad dijeron que los atacantes fueron tan metódicos que en un principio los confundieron con agentes antiterrorismo de Francia.
El vocero de Obama, Josh Earnest, dijo que las autoridades estadounidenses estaban en contacto con sus colegas francesas, y añadió: «Sabemos que no se dejarán acobardar por este acto terrible».
En las redes sociales hubo elogios al ataque por parte de seguidores de las milicias islámicas. Un usuario de Twitter que se identificó como un partidario tunecino de al-Qaida y el Estado Islámico dijo que el ataque fue una merecida venganza contra Francia.
Las oficinas de Charlie Hebdo fueron atacadas con bombas incendiarias en 2011 tras un número con una caricatura que parodiaba a Mahoma en su portada. Casi un año después, el semanario volvió a publicar caricaturas sobre el profeta, cosechando denuncias en todo el mundo musulmán. El islam prohíbe publicar retratos de su fundador.
En 2013, la revista Inspire, de la red terrorista al-Qaida, amenazó específicamente a Charb e incluyó un artículo titulado «Francia, el invasor imbécil».
Un tuitero de al-Qaida que se comunicó el miércoles con The Associated Press dijo que el grupo no se responsabilizaba del ataque, pero dijo que era «inspirador».
El ataque coincidió con la publicación de una nueva novela del célebre escritor francés Michel Houellebecq, que trata de la elección del primer presidente francés musulmán.
Salman Rushdie, cuyos «Versos Satánicos» provocaron una sentencia de muerte por parte de las autoridades religiosas de Irán, dijo que todos deben apoyar a Charlie Hebdo para «defender el arte de la sátira, que siempre ha sido una fuerza libertadora contra la tiranía, la deshonestidad y la estupidez».
Mohamed Musaui, presidente de la Unión de Mezquitas de Francia, condenó el «acto detestable» y exhortó a los musulmanes y cristianos a «intensificar sus acciones para dar más fuerza a este diálogo, hacer un frente unido contra el extremismo».
En las redes sociales, muchas personas estaban usando el hashtag #JeSuisCharlie (Yo soy Charlie) para manifestar su apoyo a la libertad de prensa.