Por Luís Céspedes Peña
Desde que Jesús, el único ser humano libre de pecado que cada día es más conocido por el mundo estaba en el vientre de su madre, la Virgen María, ésta sabía que el tiempo de vida de su amado Hijo sería muy corto.
Periodista Luis Céspedes Peña
¡Y así sucedió! En el caso del candidato a la Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luís Abinader, no se pensaba que la campaña a favor del oficialista Danilo Medina, apoyado por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y fuerzas aliadas, las cosas le saldrían más fáciles como está sucediendo.
Se pensó, cuando nació el PRM, que el verdadero líder de esa organización política, el ex Presidente Hipólito Mejía, iba a ser el candidato presidencial y Abinader sería el vicepresidencial. ¡Pero no ocurrió así y el costo negativo de esa mala estrategia parece que se cumplirá este domingo!
Los estrategas de Abinader parece que pensaron que los conflictos internos que sacudieron al PLD por la candidatura presidencial, básicamente entre el ex Presidente Leonel Fernández Reyna y Danilo Medina, no tendían solución, pero ignoraron la grandeza del ex jefe de Estado en el manejo de controversias.
Estoy escribiendo de un hombre a quien le serví gratuitamente como relacionador público cuando éste apenas era director del periódico Vanguardia del Pueblo del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), sin que quien escribe tuviera ningún tipo de militancia con esa organización, pero era una cooperación a favor del periodista (Leonel Fernández Reyna), desde 1989 y hasta 1996, pero desde que llegó a la Presidencia, sus nuevos colaboradores no me invitaron a ninguna actividad al Palacio Nacional, como se hacía con otros en sus 12 años de gobierno, excepto para cubrir noticias.
Y, en este caso, debo señalar que el golpeo fue tan fuerte, que en la Navidad, al Presidencia de la República enviaba canasta a los comunicadores, excepto a quien escribe, no porque eso haga falta, pero sí por cortesía. Ahora está ocurriendo lo mismo. Será un tema para abundarlo luego. Pero eso no le quita al líder del PLD su grandeza, porque son cosas que ocurren y muchas veces este tipo de persona ni se entera de que esas cosas suceden.
Retomando el tema de que todo parece estar consumado, el país creyó, al principio, que la gran batalla sería entre Leonel Fernández e Hipólito Mejía. ¡Pero siempre hay estrategias que fallan! En estos dos casos, fallaron los estrategas de Leonel y los de Hipólito, porque ningún de los dos fue escogido como candidato presidencial.
En el caso del PRM, se creyó que la convención para elegir al candidato presidencial era un simulacro para legalizar la actividad en la Junta Central Electoral (JCE), pero sucedió que Abinader, con mucho dinero, joven y con buena apariencia física, humilló al ex Presidente Mejía, quien desarrolló una campaña interna honrada.
La idea de los perremeístas, no la de Luís Abinader, era que Mejía fuese el candidato presidencial y él el vicepresidencial. Si eso hubiese ocurrido, Mejía, con mucho apoyo entre los empresarios, las Fuerzas Amadas, la Policía Nacional, los principales grupos de la sociedad civil y la mayoría de los pequeños partidos políticos de la oposición, hoy nadie sabe de qué lado se estaría hablando o escribiendo de una victoria electoral.
La versión de Mejía de que él no forma parte del equipo de estrategas del PRM, está enviando el mensaje de que no es responsable de la posible derrota de esa entidad. ¡Como todo parece indicar!
Y dejó claramente establecido que si el PRM gana, ganaron sus estrategas y si pierde, perdieron éstos. Es como aplicarle el viejo refrán campesino: No tengo vela en ese entierro.
A diferencia de esa postura, que el ex Presidente Mejía tiene razón, porque Abinader se creyó que el dinero lo es todo y no es así, ocurre que el PLD tiene a su líder, que se considera víctima de parte de algunos sectores que lo enfrentaron antes de la elección del candidato presidencial oficialista, pero éste no sólo anda haciendo campaña por Medina, sino que sus instrucciones a sus seguidores son definidas a favor de la victoria, como lo ocurrido con sus partidarios en la residencia del doctor Sabino Báez, de Santiago.
El otro gran problema que afecta a Abinader, es que los sectores empresariales y otros inversionistas no observaron solidez en las propuestas que les hizo. Eso provocó un fortalecimiento de la candidatura presidencial de Medina. A parte del gran apoyo que tiene el gobernante en los sectores pobres, por sus proyectos de desarrollo a su favor, hay que señalar que no hay una encuesta, ni siquiera de las contratadas por el PRM, que supera los porcentajes de Medina. Y si todas están por debajo, ¿qué esperanza hay de que la oposición pueda ganar?
-Gracias por leernos
