SANTO DOMINGO.- La solemnidad del escenario, la majestuosidad de la orquesta, y la acostumbrada irreverencia del cantante, conformaron la combinación perfecta para un concierto inolvidable. Con una selección de 22 de sus mejores canciones, Anthony Ríos, junto al maestro Amaury Sánchez y la Orquesta Filarmónica, deleitó a los amantes de su música que se dieron cita en la sala Carlos Piantini, del Teatro Nacional Eduardo Brito.

“He sido irreverente toda mi vida, y la solemnidad del teatro, de la orquesta y del maestro, no me van a hacer cambiar”, dijo el artista en una de las ocasiones en que se dirigió al público.

El telón se abrió a las 8:45 de la noche, y la orquesta, compuesta por 60 músicos, dio inicio a la velada, con la interpretación instrumental de varias piezas del cantante.

A seguidas apareció en escena Anthony Ríos, con su acostumbrado atuendo negro, y sus 60 libras menos, cantando “Hoy daría yo mi vida”, para así dar inicio a su actuación. Luego interpretó “Estás en cada cosa”, y “La mancha” e hizo una pausa para dirigirse al público y confesarle que por primera vez en 44 años se sentía “apretao”. Recordó que había sido víctima de una afección cardíaca, y que en la actualidad tenía problemas en sus cuerdas vocales.

Contó que cuando el maestro Amaury Sánchez le propuso hacer el espectáculo, dudó, y éste lo motivó diciéndole “tú puedes, tú eres un hombre muy inteligente, y un maldito tíguere”… Continuó con la canción “Comprender más y amarse menos”, “Si un día te sientes sola”, y “Ella es”.  Hizo una pausa para presentar la canción “Viejo amigo”, dándole los créditos de autor a Rafael Edmundo (Mundito) Espinal Hernández, quien la escribió para él en 1973.

Luego contó una anécdota de sus años de adolescencia. Relató su primera cita amorosa, en la que no quedó muy bien parado, frente a las exigencias de la dama, por lo que le contó a su padre de su “fracaso amoroso”, y éste le dijo que para remediar eso le escribiera un “disparate” de esos que él escribía, y así lo hizo. Ahí nace la canción “Una noche no es bastante”, la cual interpretó en ese momento. Prosiguió con “Eres mi amor”, una canción que según dijo, escribió en honor a los moteles.

Hizo otra pausa e instó a la no violencia contra la mujer. Recordó sus amores con una puertorriqueña a la que no mencionó, pero dejó saber quien era cuando dijo que ella le había dedicado el tema “Señor del pasado”, al cual él quiso responder con una canción, pero no escribiéndola él mismo, pues temía ser muy ríspido, así que le pidió a Aby Lama que se la escribiera. De ahí sale el éxito “Señora Tristeza”.

Luego cantó “A ti te está pasando igual que a mí”, “Cruz tan pesada”, “Si entendieras”. Un popurrí con “Confundido”, “Bolsillo izquierdo” y “Jaula de oro”. Continuó con “Como ayer”, y “La Z”, canción que definió como la mejor de su repertorio. Siguió con “Como duele” y finalizó con “Fatalidad”.

Anthony Ríos salió airoso de la prueba, a pesar de que en varias ocasiones recordó al público “sus limitaciones”, prácticamente disculpándose, con un público que estaba más que satisfecho con su actuación. (Fuente Jenny Luna)