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¿Dónde, cómo y cuándo nació el «Concierto de Aranjuez»?


joaquinrodrigo

 

MADRID, España.- «Mi vaso es pequeño, pero bebo en mi vaso». La frase a la que recurrió Joaquín Rodrigo (Sagunto, 1901-Madrid, 1999) tantas veces a lo largo de su vida sigue hoy presente en su epitafio. Una manera de definir el lugar en el mundo de este hombre que conectó la más antigua tradición musical española con la explosión de las vanguardias e, incluso, con la música popular. «Lo importante ha sido seguir mi propio camino», explicaba en 1991 el maestro con motivo de su 90 cumpleaños.

Y, sin embargo, si atendemos a la difusión y popularización de su obra, el vaso de Rodrigo albergó uno de los mayores fenómenos de la música española de todos los tiempos. Falla, Albéniz, Granados y Turina lograron que sus piezas saliesen de España y recorriesen el mundo. Pero ninguno de ellos llegó a las cotas que alcanzó Rodrigo con el Concierto de Aranjuez. Interpretado en miles de versiones, tarareado por melómanos y profanos, pieza de referencia pero eclipsadora del resto de la producción de Joaquín Rodrigo, el Concierto de Aranjuez cumple este lunes 75 años. Se estrenó el 9 de noviembre de 1940 en el Palau de la Música Catalana de Barcelona, interpretado por Regino Sáinz de la Maza a la guitarra y la Orquesta Filarmónica de Barcelona, dirigida por César Mendoza Lasalle.

La pieza tiene ese aire de momento inaugural y único por varias circunstancias. Es la primera obra compuesta para guitarra española y orquesta, pero también marca el comienzo del periodo de posguerra en la cronología musical de nuestro país, en un momento especialmente sombrío marcado por la destrucción de la Guerra Civil y el exilio de buena parte de los intelectuales y artistas españoles (incluidos los músicos) a América y Europa. Un periodo igualmente golpeado por el avance de un nazismo que, con coartadas wagnerianas, destruía a su paso cualquier manifestación artística que considerase «degenerada».

En sus Escritos, editados y disponibles en la web de la Fundación Victoria y Joaquín Rodrigo, el compositor recuerda así el momento de la creación del Concierto. Instalado en París desde 1927, donde estudió con Paul Dukas -y conoció a la pianista turca Victoria Kamhi, con la que se casó en 1933-, Rodrigo emprendió en plena Guerra Civil un viaje a España. «En septiembre de 1938, pasaba yo por San Sebastián camino de Francia. (…) El marqués de Bolarque nos reunió a comer a Regino Sainz de la Maza y a mí. Se comió bien, y no se bebió mal; el momento era propicio a las fantasías y audacias», evocaba el compositor en un relato, de nuevo, con vasos de por medio. «De pronto, Regino, con ese tono entre voluble y resuelto que tan bien le caracteriza, dijo:

– Hombre, has de volver con un concierto para guitarra y orquesta.

Para enternecerme, añadió con voz patética:

– Es la ilusión de mi vida.

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