Edgar Martirosyan jamás hubiera imaginado el domingo por la noche que iba a hacer su debut televisivo nada menos que repartiendo tres pizzas durante la 86a edición de la gala de los Oscar, entre estrellas de la talla de Julia Roberts, Brad Pitt y Meryl Streep.
“Yo pensaba que llevaba pizza para unos guionistas”, cuenta Martirosyan durante su aparición en el show de Ellen DeGeneres.
Edgar, quien es el dueño junto a su hermano de la pizzería Mama’s & Papa’s en Los Ángeles, asistió al programa The Ellen DeGeneres Show para relatar en detalle como fue semejante vivencia, después de recibir una llamada del equipo de producción de la gala que le hizo un pedido a domicilio de tres pizzas.
“Llegué y me dijeron: ‘Espera aquí’. Entonces apareciste tú», señaló a DeGeneres. «Y me dijiste: ‘Sígueme cuándo yo te lo diga’, te seguí y de pronto estaba en el escenario”, recuerda Martirosyan con emoción. “Estaba en shock, nunca pensé que fuese a suceder algo así, fue una locura».
Ellen DeGeneres sorprendió a todos al irrumpir en la sala de butacas acompañada de un repartidor, que le ayudó a racionar las pizzas que había prometido al comienzo del show, entre las estrellas que estaban sentadas en primera fila.
Para Martirosyan, de origen ruso, lo más increíble fue estar tan cerca de su actriz favorita, Julia Roberts. “En Moscú veía todas sus películas. Ella es para mí la mujer de mis sueños”.
Brad Pitt, haciendo gala de su caballerosidad, se levantó y ayudó a Ellen con el reparto de platos de plástico y servilletas entre los demás asistentes, por lo que en las redes se apresuraron a otorgarle el Oscar al «actor de reparto».
Al final de la entrevista, Ellen sacó el sombrero de Pharrell Williams con el que dijo había recogido las propinas entre los comensales de la gala. El total ascendía a $600 dólares a los que DeGeneres sumó $400 más de su bolsillo, haciendo un total de $1,000 de propinas.
Sin duda, el remate perfecto para una experiencia que Martirosyan muy probablemente no olvidará jamás.