.
.

.

Estremecedor relato de una víctima de violencia doméstica


El hombre llegó a amenazarla con violar a sus hijos si no lo complacía sexualmente.

SAN JUAN, Puerto Rico.- «Me disparó, me apuñaló, me intentó ahorcar y quemar… le pegó fuego al mattress mientas dormía».

Parece una escena de una película de terror, pero es la realidad -no menos espantosa- que vivió «Marcia» a manos de su expareja, un hombre al que se entregó en cuerpo y alma hace 16 años con la intención primordial de rescatarlo del mundo de las drogas, y que a cambio acabó sumiéndola en la oscuridad de la violencia doméstica.

«Me obligaba a tener relaciones sexuales. Llegó a decirme, inclusive, que si no le servía como mujer, utilizaría a mis hijos para satisfacer su hambre sexual», agregó «Marcia» (nombre ficticio a petición de la entrevistada), al describir lo que llamó «la tragedia de mi vida».

Este caso de violencia doméstica es uno de los 447,261 reportados durante los pasados 25 años, específicamente desde el 15 de agosto de 1989, cuando se aprobó la Ley 54 y ese mal social pasó de ser un «asunto de pareja», como se le decía entonces, a un asunto público que requería la intervención del Estado.

«Marcia» señaló, de paso, que «hoy soy una mujer más fuerte» gracias a la Ley 54, particularmente por las órdenes de protección -que han mantenido a su agresor alejado- y por la ayuda recibida de organizaciones creadas tras la aprobación del estatuto, como el Proyecto Matria.

Pero no siempre fue así, aclaró de inmediato.

«Nunca denuncié la violación sexual porque la fiscal de hace 16 años me dijo que eso no era un delito, cuando claramente lo era. A veces llamaba a la Policía y (los agentes) no llegaban de inmediato; otros pensaban que una está paranoica o que le gusta vivir del maltrato», dijo «Marcia», quien detalló que su expareja ha estado preso en ocho ocasiones por Ley 54, «pero sale rápido porque lo tratan como enfermo (adicto a drogas) y no como criminal».

El incidente más reciente, contó, fue en octubre de 2011, cuando su expareja llegó a su lugar de trabajo con la intención de agredirla. «Cuando entró al lugar lo identificaron, me llamó el jefe de seguridad y me sacaron. Mi patrono hizo la querella», relató «Marcia», al añadir que, «para mi sorpresa», fue despedida al poco tiempo «porque mi patrono me dijo que no podía tener ese problema (violencia doméstica) allí».

«He perdido dos trabajos por ser víctima de violencia doméstica, porque tampoco pude ser policía por eso. Los patronos no saben bregar con este mal. Con órdenes de protección no le dan trabajo a uno; llevo más de un año buscando y no he tenido éxito», resaltó.

Según «Marcia», la actitud de policías, fiscales y jueces hacia las víctimas de violencia doméstica «ha mejorado un poco» en estos 25 años, «pero todavía falta mucha educación».

«La última vez que mi expareja estuvo preso fue cuando me apuñaló. Le dieron tres años (de sentencia), pero ya a los 12 meses estaba libre. No me avisaron que había salido de la cárcel, pese a que se supone que lo hicieran. Él está en la calle… la última vez que lo vi fue en 2012, pero me sigue acosando. Ahora lo que hace es dejarme mensajes en los que dice que me ama. He ido a la Policía a querellarme, pero me dicen que decir ‘te amo’ no es un delito. Mi orden de protección venció hace poco y no me la quieren renovar», expresó angustiada.

«Ahora soy una mujer más fuerte, pero una vive con miedo. ¡Tengo temor de que me mate!», declaró «Marcia», quien es consciente de que las órdenes de protección -por sí solas- «no son más que un papel, pero son un buen recurso si se activa toda la red de apoyo en torno a la víctima». Sobre el particular, lamentó que su madre «está a favor» de su expareja, pero agradeció que sus hijos «siempre me han apoyado».

A modo de reflexión -a tono con el 25 aniversario de la creación de la Ley 54-, «Marcia» instó a todos los que intervienen en estos casos a ser más sensibles y empáticos con las víctimas.

«Cada caso es diferente. El mío, por ejemplo, es una situación de terror, por lo que no se debe generalizar. Y mi consejo a las mujeres: que no vean la violencia doméstica como problemas matrimoniales. Nadie nace para ser maltratado, sino para ser amado. Si hay abuso, hay que buscar ayuda a tiempo… primero es un grito, después una bofetada y así sigue subiendo hasta llegar a la muerte. ¡No lo podemos permitir!», concluyó.

Según estadísticas de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres, en los pasados 25 años se han reportado 654 muertes por violencia doméstica, de las cuales 558 son mujeres. (Fuente El Nuevo Dia)

Reviews

  • Total Score 0%
User rating: 0.00% ( 0
votes )



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *