La periodista María Luisa Estévez, conversa con el famoso artista mexicano José José, en un aparte de la cena que le fue ofrecida por la señora Julia Castro, al también conocido como «El Príncipe de la Canción».
Por María Luisa Estévez
A pocos días de su cumpleaños número 67, pues nació el 17 de febrero del 1948, en Ciudad de México, compartimos algunas horas desde ya inolvidables con el denominado Príncipe de la Canción: José José.
José José con su esposa Sarita.
En un ambiente de «sancocho dominicano», entre amigos viejos y recientes; una noche lluviosa, y en casa de una excelente amiga, Julia Castro, que le ha demostrado en la práctica, la fuerza del cariño de una fans única, con el vivo ejemplo de que “Amar y querer no es igual”. Transcurre un espacio inolvidable para los presentes.
José José, su esposa Sarita Salazar Quezada, unidos desde 1995, estaban como invitados especiales; el alcalde de Santa Lucía de El Seibo, Jhossan Capell de Castro y su esposa; Julia Castro, Fernando Villalona, Claudio Concepción y María Luisa Estévez.
Llegó al país para participar en una actividad privada en Jarabacoa y tuvo la oportunidad ansiada por él de visitar a Santiago, y pasarse unas horas en el Cibao, alejado de los afanes que siempre les trajeron por estos alrededores.
Fernando Villalona, admirador del artista, también estuvo presente en la velada.
Llegó al país en 1970 por primera vez. Desde entonces quedó fascinado con la gente, la comida y la cultura dominicana. Es increíble como se expresa de bien acerca de los dominicanos.
Al punto que dice que de los dominicanos aprendió a ser caballero, recordando a nombres inolvidables para él como Freddy Beras Goico, Augusto Thomén y del empresario artístico (ya fallecido) José Gómez; de ellos dice aprendió tantas cosas inolvidables, que hace que siempre le mencione con allegados de otros lugares. Para él son referencia de bondad y calidad de personas.
En su casa toma agua, jugos, y come frutas, verduras y vegetales, adhiriéndose a lo que consume su esposa Sarita. Su abuela mexicana y su madre, ambas ya fallecidas, hacían suculentos guisos, que le deleitaban el paladar; por eso, desde que piso nuestro suelo y probó el sancocho, ha quedado prendado del sabor y el aroma, de la textura y del contenido del caldo que identifica a los dominicanos.
Entonces confiesa que a veces cuando se acuesta si cenar, sueña con la comida dominicana. Dice que le despierta un buen mondongo criollo, los plátanos en todas sus versiones, y los guisos. Desde luego que es solo en su imaginación, ya que su dieta es bien estricta, pero cuando viene aquí, se suelta de la respetada rutina.
De izquierda a derecha, María Luisa Estévez, Fernando Villalona, José José y la anfitriona Julia Castro.
El artista ha transitado en lo personal por sus vivencia artísticas y su evolución le tiene viviendo una vida en pareja, bien cercana con Sarita, vive para acompañarla, cuidarla, protegerla, y disfrutar los momentos que surgen en su día a día y que incluyen viajes, visitas especiales, conciertos, además de actividades gratificantes para ambos.
Pero también están inmersos en el cuidado mutuo de la salud, que es lo que les permite mantenerse en condiciones óptimas, brillantes, rebosantes de armonía, y estabilidad física y emocional. Así que son un encanto de personas, que siguen la trayectoria de los días que le han seguido a su estrellato y disfrutan del cariño inmenso que la gente le tiene en todas partes.
Más que un caballero José José, aceptó complacido tomarse una foto con la autora de esta nota: María Luisa Estétez.
Por lo que son apasionados de los temas referentes a la medicina homeopática, naturalista, la sanación a través del biomagnetismo, y conocen muchas terapias inocuas, exóticas, y demás, incluyendo su actual entusiasmo que es el estudio, y aplicación de la sanación a través de la iridologia, basado en topología de Bernard Jensen, para lo que cuenta con los servicios de una persona entrenada, profesional, que le ha inculcado todos estos conocimientos que tanto respetan ambos.
Es muy buen conversador sobre temas generales, y aprecia el afecto de la gente, lo valora, y merece mucha consideración. Tanto que es fácil apreciar su don de gente, su sensibilidad humana, suya, y de su esposa, son personas enriquecidas espiritualmente, sensibles que tratan a todos con respeto afabilidad, amabilidad.
Allí se converso sobre esos temas generales, salpicados con expresiones y confesiones de proyectos artísticos, que incluye la idea de ambas figuras presentarse en en Palacio de Los Deportes, porque dice El Príncipe que él puede trabajar, que se le prepara con un tratamiento especial para su garganta, y canta durante esa noche, con el acondicionamiento especial, ya que lo ha comprobado. Villalona llevaría desde luego la parte más afanada, para preservarle.
Al final, fue el mismo artista, quien se puso de pie, y ubicó, como de rutina, un lugar adecuado para las fotos, las que compartió con todos los que quisieron, y como en secuencia automática… Mostró su escuela, eso si con calidez humana, dejando una huella imborrable, la de El Príncipe de la Canción: José José.
José José con el director de este periódico digital, el periodista Claudio Concepción.
Qué le estará diciendo El Príncipe de la Canción a María Luisa Estévez?
