Oscar Zuluaga

Por Luís Céspedes Peña

Estoy seguro de que muchas personas se están preguntando: ¿cómo un candidato presidencial, de la oposición,  que terminó empatado en la primera vuelta electoral con el ya reelecto Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos,  terminó derrotado en las elecciones del domingo en  Colombia?

En política, cualquier error es la causa de una derrota electoral. Si no es así, pregúntenselo a Hipólito Mejía Domínguez, a quien casi todas las encuestas daban como ganador de los comicios del año 2012, pero como tenía pocos argumentos para criticar al candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina, prefirió declararle la “guerra” al ex Presidente Leonel Fernández, que no era el aspirante presidencial,  y como todo un maestro, asumió personalmente la campaña, la cual  desarticuló al opositor.

Y pongo ese error como ejemplo, porque algunas cosas que la oposición colombiana vinculada al candidato Óscar Zuluaga creyó eran favorables, se convirtieron en las mejores aliadas del Presidente Santos.

Por ejemplo, en una de las últimas presentaciones públicas, para el cierre de campaña, al Presidente Santos se le salieron los orines, los cuales mojaron la parte que llaman la bragueta del pantalón. Pero el jefe de Estado siguió su discurso como si nada hubiese estado sucediendo.

Pero la oposición endureció la campaña de que los colombianos no debían votar por un Presidente que se originó en el pantalón. Pude escuchar a un comediante de la televisión de Miami (Estados Unidos), haciendo sátiras de que lo más insólito sería que la mayoría de colombianos reeligiera a un Presidente que se orina en el pantalón.

La reacción de  millones de colombianos a esa bochornosa campaña fue  respondida en las urnas electorales el domingo pasado. En la primera vuelta, Bogotá (la capital de Colombia), Barranquilla y Santander, para sólo citar tres comunidades, le dieron la espalda al presidente Santos, para favorecer a Óscar Zuluaga..

Esa campaña en contra del Presidente de Colombia produjo mucha indignación entre la mayoría de colombianos creyentes en religiones, básicamente de la Iglesia Católica.

Otro ejemplo que ponemos, en materia electoral, fue la enfermedad de José Francisco Peña Gómez, que ya al final de su vida, pero todavía candidato a la sindicatura del Distrito Nacional, sólo bastó decir que perdonaba a todos a quienes él pudo haber ofendido para ganar las elecciones.

También hay que decir que mientras el Presidente Santos seguía con su campaña a favor de la paz en su país, Óscar Zuluaga endurecía su postura guerrerista en contra de los grupos armados que hay en esa nación, como es el caso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Esa postura del candidato de la oposición motivó a que la mayoría de los izquierdistas favoreciera con el voto al presidente Santos. Esa campaña de Zuluaga de que Santos es un aliado de los Castro de Cuba, tampoco le hizo bien, en virtud de que actualmente en esa nación lo que se está haciendo es negociando la paz. Si no se logra, por el momento, el camino está “abierto” y no debe “cerrarse”

La torpe campaña de Zuluaga y sus seguidores, especialmente la relacionada con los orines, fue determinante para su derrota. El mundo sabe que el presidente Santos fue operado de cáncer, pero el cual parece estar curado o controlado. Sabiamente, el presidente tomó su enfermedad para decir que seguía su lucha a favor del desarrollo y la paz del pueblo de Colombia, porque su médico le manifestó que eso es normal en ese tupo de intervenciones.

Y lo más importante de eso fue que el presidente Santos lo dijo en un programa de televisión y el país lo aplaudió. ¡Ahí están los resultados!

-Gracias por leernos.