Por David E. Cepeda
Hacía mucho tiempo que la ciudad de Seattle no recibía tanta atención como la que ocurrió el día de ayer en los campos de entrenamientos.
Robinson Canó, vistiendo ya el uniforme de Seatle.
Había una razón específica para eso, el jugador de mayor contrato en esta temporada hacía su entrada al terreno de juego por primera vez. No es un Supermán que con solo un brazo vaya a cambiar todo, pero con solo presentarse hizo llegar más de 200 fanáticos que fueron a verlo practicar.
Con el número 22 en su uniforme, como si fuera la S del mayor súper héroe conocido (ya sabrán que hablo de Supermán), el jugador dominicano Robinson Canó, quien en la temporada muerta firmó un contrato de 240 millones de dólares por 10 años, llegaba a las practicas del equipo Marineros de Seattle.
El espera dar un respiro a un equipo que había visto como su declive había llegado a lo más profundo de la división Oeste de la Liga Americana.
Inmediatamente se puso a estirar las piernas en la práctica, los clics de las cámaras y de los celulares, comenzaron a sonar, y llegar más fotos en las redes sociales que votos en unas elecciones.
«Hay mucha más gente que en otros años», opinó un residente de Seattle y que llevaba una camiseta con el # 22 de Canó.
Se espera que con la contratación de Canó, y la adquisión de Fernando Rodney, y otras que se esperan, el equipo pueda librarse de unas últimas temporadas muy malas que han tenido incluyendo dos de 101 derrotas en el 2008 y el 2010.
Robinson hizo lo normal en su primera práctica con el equipo de Seattle; hacía estiramientos, lanzaba y fildeaba unas cuantas pelotas.
«Fue incluso más divertido de lo que pensaba. Me sentí abrazado por mis compañeros, los coaches, el mánager, los ejecutivos. Siento que soy parte ya de este equipo. No tardaré mucho en acostumbrarme a este uniforme», dijo a los periodistas.
