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Se cumplen hoy 19 años de la muerte de Selena: su viudo relata el día en que fue asesinada


Selena murió a los 23 años. (Archivo)
Por BBC Mundo

Nadie esperaba que la cantante Selena, la reina del Tex-Mex, muriera tan pronto: 23 años. Nadie esperaba que la encargada de ponerle el punto final a su vida fuera su seguidora más ferviente: Yolanda Saldívar.

Selena, hija de inmigrantes mexicanos, se había transformado, gracias a su carisma y a su voz, en una de las figuras más grandes de la música Tex-Mex en Estados Unidos. Amada por miles, vendió casi cinco millones de discos mientras estaba viva y fue nominada a los premios Grammy por su álbum «Amor prohibido».

Era considerada un fenómeno. Una diva. Una reina.

Por otra parte, Yolanda Saldívar, enfermera de profesión, se había convertido en su ángel de la guarda, no sólo como su asistente personal, sino como presidenta de su club de fans.

Casi 20 años después, Chris Pérez, el viudo y compañero de banda de Selena, conversó con la BBC sobre los últimos tiempos de la artista, cuando Saldívar apareció en su vida y de repente se convirtió en su mano derecha y posteriormente en su verdugo.

Pero él prefiere hablar de Selena. De la voz de Selena.

«Nunca pudimos imaginar en lo que se iba a convertir, pero siempre supe que iba a llegar lejos. Cada vez que se subía al escenario, se convertía en otra persona», le recuerda Pérez al programa Witness, de la BBC.

Han pasado 19 años. Selena hubiera cumplido 43 años el próximo 16 de abril. A esa misma edad, Madonna estaba lista para lanzar su noveno álbum: American Life y Michael Jackson preparaba una gira después de lanzar el que sería su último disco de estudio: Invincible.

Mientras tanto a Selena, a pesar de que su nombre retumbaba en los escenarios y los medios de comunicación, no llegó más allá del sexto disco y toda una carrera por delante. Sólo quedaba recordarla.

«Nadie sospechó de Yolanda»

La entrevista con la BBC ocurre en el estudio de Pérez en Estados Unidos.

Hace un año publicó un libro llamado «Para Selena, con amor», que él mismo definió como la única manera «de ir hacia adelante».

Sin embargo, como le relata a la BBC, lo que más se recrimina tantos años después, es no haber advertido la tragedia que significaría Yolanda Saldívar en sus vidas.

«Al principio Yolanda se convirtió en la presidenta del club de fans de Selena; ella se encargaba de todos los asuntos relacionados con ese tema», cuenta Pérez.

La relación había comenzado bien. Poco a poco Saldívar comenzó a ganarse la confianza de la cantante. Primero se convirtió en su asistente personal, después en la administradora de su principal negocio de ropa, con la línea propia de la cantante.

«Hacía cualquier cosa que se necesitara hacer por Selena», dice Pérez.

La confianza quebrada

Lo que nadie había advertido es que Saldívar tenía un pasado con problemas financieros: la habían demandado en dos ocasiones por deudas que superaban los $8,000.

«Al principio no había nada sospechoso en Yolanda. Pero poco a poco Selena comenzó a escuchar de los empleados de la tienda que su manejo era irresponsable», anota Pérez.

Entonces empezaron los problemas. Mientras Selena no daba crédito a lo que pasaba con la presidenta de su club de fans, las pruebas comenzaron a llegar: Saldívar estaba robando dinero de sus tiendas y de las actividades que organizaba el club de fans.

El siguiente paso fue inevitable: había que despedir a Yolanda.

«Cuando los problemas financieros comenzaron a salir a flote, fue que nos dimos cuenta que había que bloquearla y no permitirle más el acceso. No esperábamos ese comportamiento», recuerda Pérez.

El fatídico 31 de marzo

«Ese día se levantó temprano. No hubo nada que me advirtiera que ella estaba en peligro porque se fuera a encontrar con Yolanda», señaló.

Esa mañana la cantante tenía que reunirse con Saldívar para que le entregara unos papeles importantes. La cita había sido acordada en el hotel Days Inn de la ciudad de Corpus Christi, en Texas.

En medio del encuentro ambas discutieron. Saldívar sacó un revólver calibre 38 para evitar que Selena tomara la decisión de despedirla. La cantante intentó huir apenas vio el arma, asustada por la reacción de su exasistente.

En ese instante Saldívar apretó el gatillo. El tiro ingresó por la espalda, rozó una de sus arterias, lo que causó que Selena se desangrara en el camino al lobby del hotel, buscando ayuda.

«Me contaron que ella le había disparado, que había sangrado mucho. Que en la ambulancia intentaron hacerle una transfusión de sangre, pero que ya era muy tarde».

A la una y cinco minutos de la tarde, la reina del Tex-Mex, la voz que había hecho famosa la canción «Amor prohibido», moría en el hospital de la ciudad texana.

Y nacía una leyenda.

Mal sueño

«Yo no lo podía creer. Era como un mal sueño. Durante un largo tiempo estuve en estado de shock», dice Pérez sobre los primeros días posteriores a su muerte.

En el momento de su fallecimiento, Selena había grabado seis discos -el último de ellos, Dreaming of you, se lanzó de forma póstuma el 18 de abril de 1995- y era un éxito imbatible. Su muerte prematura acrecentó el fenómeno.

Han pasado muchos años de su fallecimiento. Tantas cosas. Los miembros de la banda continuaron con sus proyectos. Con sus vidas. Pérez grabó discos con artistas famosos. Se volvió a casar y se divorció en 2008.

«Siempre he vivido sin mirar hacia atrás. Y en ese momento me concentré en algo concreto, que era vivir la vida sin su presencia”, le dice a la BBC.

Actualmente tiene una banda llamada The Chris Perez Project e incluso ha compartido escenarios con el mítico Carlos Santana. Siguió con su vida, pero no para olvidar a Selena, asegura.

«El último recuerdo que tengo es su rostro con esa enorme sonrisa que tenía. Por eso, cada vez que escucho uno de sus discos en la radio, puedo verla como si estuviera sonriendo de nuevo».

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