El Ballet Nacional de Cuba durante su actuacion el fin de semana pasado en Puerto Rico.

Siete de los ocho bailarines del Ballet Nacional de Cuba que desertaron el fin de semana llegaron a Miami para «cumplir sus sueños», y ya el domingo participarán en una presentación de una compañía local en esta ciudad estadounidense.

Luego de realizar un primer ensayo este martes y aún en sus trajes de práctica, los siete jóvenes, de entre 21 y 25 años, señalaron en la sede del Ballet Clásico Cubano de Miami que los motivos para abandonar la isla de régimen comunista fueron profesionales y económicos, pero no políticos.

«Fue un paso difícil pero si es para mejor y cumplir mis sueños que así sea», dijo a la AFP Mónica Gómez, de 21 años.

«Mis planes inmediatos ahora mismo son bailar ballet, pero no me voy a estancar en el ballet. Si me va bien en el ballet, perfecto, es lo que me gusta hacer, pero quisiera estudiar, trabajar», expresó Carlos Ignacio Galíndez, de 23 años.

Los ocho cubanos abandonaron su compañía luego de una presentación el viernes en Puerto Rico, el estado libre asociado estadounidense, en el último suceso de deserción de bailarines durante giras por el extranjero.

Dijeron que en Cuba se sienten asfixiados profesionalmente, por lo que algunos habían planificado salir de la isla desde hacía varios años, mientras que otros se unieron a último momento al enterarse de las intenciones de sus compañeros.

«La juventud no tiene futuro en Cuba», afirmó Raisel Cruz en rueda de prensa.

Gómez, Galíndez y Cruz llegaron el sábado a Miami, mientras que Jorge Oscar Sánchez, Ariel Soto y Liset Santander aterrizaron la noche del lunes.

Antes que ellos llegó Yaima Méndez, la primera en desertar, mientras Gineth Fernández, que completa el grupo de ocho, aún está en Puerto Rico, pero debe venir en los próximos días, dijo Galíndez.

– «Sin ningún miedo» –

«Nos sentimos muy seguros de lo que hicimos, sin ningún miedo», dijo Cruz.

Tampoco temen represalias contra sus familiares, dijeron los bailarines, al explicar que para abandonar el Ballet Nacional de Cuba solicitaron sus pasaportes, que les son retenidos durante las giras para evitar fugas, alegando que iban a cambiar dinero.

Los bailarines ensayan a marcha forzada para participar el domingo en la presentación de «Ballets Russes de Diaguilev» del Ballet Clásico Cubano de Miami, una gala que estará encabezada por la prima ballerina Lorena Feijoó, quien también dejó Cuba en años pasados y ahora destaca con el ballet de San Francisco.

«El propósito de esta compañía es precisamente tener una plataforma para que los bailarines, que todos sabemos que son buenos, puedan venir al exilio y tengan un lugar donde comenzar en Estados Unidos y continuar sus carreras», dijo a la AFP el fundador y director artístico del Ballet Clásico Cubano de Miami, Pedro Pablo Peña.

Peña se mostró confiado en que los bailarines se desempeñarán correctamente el domingo. «Todos tienen buenas técnicas. Hay unos mejores que otros pero eso sucede en todas las compañías», dijo.

– Dolor por las familias –

Los cubanos aseguraron que la política no influyó en su decisión. y afirmaron que lo que más van a extrañar es a sus familiares.

«Es lo que más me duele, (pero) ellos tienen que entender que el sustento de ellos soy yo, soy el hijo mayor, tengo que sacarlos adelante y allá estaba perdido», dijo Galíndez, quien espera poder ayudar ahora desde Estados Unidos a sus padres y a su hermana en la isla.

Los jóvenes bailarines desertaron luego de presentarse a sala llena en el Centro de Bellas Artes de San Juan, en Puerto Rico, donde aplica la Ley de Ajuste Cubano, que permite a ciudadanos de Cuba permanecer en el país si llegan a suelo estadounidense.

La delegación de la compañía cubana de ballet, compuesta por más de 50 personas, estaba acompañada por su directora y figura central, Alicia Alonso, de 92 años.

Desde la reforma migratoria adoptada en Cuba en enero de 2013, los artistas cubanos ya no precisan pasaportes especiales para viajar al extranjero. Los integrantes del ballet cubano habían obtenido visado estadounidense en La Habana para viajar a Puerto Rico.