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Tecnología ayuda y obstruye búsqueda de avión malasio


malysyaairlines

El misterio en torno al vuelo MH370 hubiera sido mayor todavía de no mediar la alta tecnología. La poca información de que se dispone sobre el lugar donde puede haberse caído el aparato proviene de satélites

La desaparición del avión malasio de Malaysia Airlines muestra las dos caras de la tecnologíamoderna.

Los satélites pueden ayudar a encontrar el aparato en el Océano Índico. Pero las comunicaciones modernas no pudieron impedir que se perdiese la pista del avión por casi tres semanas.

En esta era de conexión constante con el resto del mundo, llamó la atención el que los sistemas de radares y los satélites no lo vean todo, que no se puedan rastrear siempre a los teléfonos celulares y que información clave del vuelo es grabada pero no transmitida en el momento. Lossistemas de rastreo que hay en el mismo avión, por otro lado, pueden ser desactivados manualmente, lo que alimenta la teoría de que alguien desvió intencionalmente el avión sin que nadie se diese cuenta.

«La tecnología puede rastrear un vuelo, pero supongo que alguien hizo algo y no pudimos impedir el desastre», expresó Richard Aboulafia, consultor de temas de aviación del Teal Group. «Solo mejores servicios de inteligencia y de vigilancia pueden evitarlo».

De todos modos, el misterio en torno al vuelo MH370 hubiera sido mayor todavía de no mediar la alta tecnología. La poca información de que se dispone sobre el lugar donde puede haberse caído el aparato proviene de satélites.

«Si no fuese por la tecnología, nadie tendría ni idea de por dónde buscar», afirmó Scott Hamilton, director general de las consultas aéreas de Leeham Co.

Vistazo a las formas en que las nuevas tecnologías ayudaron o perjudicaron la búsqueda:
TRANSPONDEDORES

Son aparatos que envían señales a las estaciones de radar en la tierra con detalles sobre el número del vuelo, su dirección, altitud y velocidad.

El vuelo 370 partió de Kuala Lumpur, en Malasia, a las 00:40 del 8 de marzo con destino a Beijing. A la 01:20 dejó de emitir señales, a pesar de que siguió volando varias horas.

Es muy raro que un piloto comercial desconecte el transpondedor en pleno vuelo y no se puede descartar alguna falla del aparato.

RADAR

Son aparatos que establecen una comunicación entre el avión y una antena terrestre, la cual emite ondas electromagnéticas que rebotan en el aparato. Dado que las ondas viajan a una determinada velocidad –la velocidad de la luz — se puede calcular la distancia a que se encuentra el avión.

Los radares, sin embargo, tienen un radio de acción de entre 320 y 400 kilómetros (200 a 250 millas) y le perdieron la pista al avión tempranamente.

SISTEMAS DE RASTREO SATELITAL

Algunos jets emiten información constantemente a través de satélites. La Aerolínea Malaya no estaba suscrita a este servicio de Boeing. Estas transmisiones no son baratas. Cuestan entre siete y 13 dólares el minuto.

Otras transmisiones satelitales desde el avión, no obstante, ayudaron a determinar con mayor precisión el remoto sector del Océano Índico donde habría caído el aparato.

El avión envió automáticamente una breve señal –un «ping» — cada hora a un satélite de Inmarsat, una empresa británica, incluso después de que los otros sistemas de comunicación dejaron de funcionar. Los «pings» revelaron que el aparato siguió volando por siete horas luego del último contacto con los radares.

Inmarsat pudo calcular dos grandes arcos indicando hacia dónde podía haber volado el avión. Le dio mayor precisión al análisis tomando en cuenta la velocidad del avión en relación con el satélite. Calculó la frecuencia con que recibía y transmitía información. Algo similar al sonido que hace un auto a medida que se acerca, se pone a la par y pasa un determinado punto.

Se trata de un método conocido como Burst Frequency Offset que nunca había sido empleado en el pasado. Su validez fue confirmada realizando el mismo tipo de análisis con otros seis vuelos de Boeing 777 en el mismo día, en distintas direcciones.

La nueva información fue lo que hizo que el primer ministro malayo Najib Razak anunciase el lunes por la noche que el avión había dejado de volar en un sector remoto del Océano Indico.

IMÁGENES DE SATELITES

Satélites tanto privados como de gobiernos detectaron lo que se pensó que podían ser restos del avión dos mil 500 kilómetros al sudoeste de Perth, Australia. Pero la búsqueda se trasladó a una zona mil 100 kilómetros al noreste el viernes, en que las autoridades australianas dijeron que nueva información disponible indicaba que el aparato había volado más rápido de lo que se creía.

TELÉFONOS CELULARES

Mucha gente, incluidos familiares de los viajeros, se preguntaron si no se podía usar el sistema de posicionamiento global (GPS) de los teléfonos celulares para ubicar el avión. Ese sistema, sin embargo, funciona solo si se está cerca de una torre que transmite información de los celulares. No funciona en un avión en pleno vuelo.

AVIONES DE BÚSQUEDA

Varios aviones están buscando el aparato. Pero se trata de un área muy remota, a ocho horas de vuelo ida y vuelta de Australia, lo que les deja sólo dos horas para tareas de rastreo.

Los aparatos usan sistemas de radares, de rayos infrarrojos, cámaras de alta resolución y de larga distancia… y el ojo humano. Filman todo lo que ven, para revisarlo de regreso a su base.

Fuertes vientos y un alto oleaje han dificultado la tarea.

BOYAS

Un avión militar ha estado soltando boyas de un metro (tres pies) con GPS para comprender mejor las corrientes marinas de la zona donde se busca el avión. No es un sistema perfecto, pero puede dar una idea de hacia dónde pueden haber flotado los escombros.

CAJAS NEGRAS

Hay dos. Una graba las conversaciones y los sonidos en la cabina de mando. La otra la información de vuelo, como velocidad y altitud.

Pueden resistir fuertes impactos y el fuego. Y emiten pings que pueden ayudar a encontrar el avión bajo el agua. Cuanto más profundo se encuentren, no obstante, más débil la señal.

La información que guardan puede ser detectada por años.

En el caso del vuelo MH370 hay un problema: los sistemas de grabación conservan solo las dos últimas horas de conversación. El avión siguió volando siete horas luego de que dejó de funcionar el transpondedor, de modo que no quedarán rastros de las conversaciones que hubo antes de que el aparato se desviase, que son las que podrían dar pistas de lo sucedido.

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