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Ucrania, una guerra sin muertos


Ucrania, una guerra sin muertos

AFP
Tropas supuestamente rusas -pues no llevan distintivos- bloquean una base ucraniana en Perevalne (Crimea)

Desde la semana pasada la península ucraniana de Crimea vive una situación de tensión sin precedentes en la historia contemporánea. Han sido asaltados por hombres armados el edificio de la Rada peninsular en Simferópol y otras sedes oficiales.

Los aeropuertos también han sido objeto de acciones de fuerza por parte de militares rusos sin distintivos. El aeródromo de Belbek en las cercanías de Sebastopol fue ocupado por fuerzas de la Flota del Mar Negro y hubo momentos de nerviosismo por parte de los militares ucranianos que custodiaban las instalaciones.

Los momentos más comprometidos se han desarrollado a partir del pasado fin de semana, cuando tropas rusas se han dedicado a conminar al Ejército ucraniano a entregarse, deponer las armas y desalojar sus bases.

Sin derramamiento de sangre

Alexánder, el capitán de una unidad guardafronteras que tuvo que rendirse a los asaltantes rusos el domingo en Balaklava, declaró que desde Kiev les ordenaron no hacer uso de sus armas fuego para evitar el derramamiento de sangre.

Incluso en Perevalne, a unos 25 kilómetros al sureste de Simferópol, uno de los pocos destacamentos ucranianos que no han depuesto las armas, tampoco ha habido, por el momento, que lamentar vidas en enfrentamientos armados.

En Perevalne está acantonada la 36 División ucraniana de defensa costera y, desde el domingo, están rodeados por fuerzas paracaidistas rusas llegadas desde Pskov y Samara. Con ellos está el general ucraniano en la reserva, Alexánder Kusmuk, que salió ayer de la unidad sitiada para hablar con el enjambre de reporteros allí concentrados. «No nos vamos a entregar porque hemos jurado la Constitución de Ucrania y nos hemos comprometido a proteger a nuestro pueblo y la integridad territorial de nuestra patria», declaró.

Al mismo tiempo, Kusmuk advirtió que «en la actual situación, rodeados como estamos de tropas rusas, una mala palabra, un empujón o un tiro que se le escape a alguien puede conducir a una enorme tragedia». Según sus palabras, «Ucrania y Rusia somos pueblos hermanos, no podemos luchar entre nosotros, hay que buscar una salida pacífica a este conflicto, pero, si, Dios no lo quiera, aquí se desata una tiroteo, será el comienzo de una guerra en la que lo de menos será ya Crimea o Ucrania porque se desarrollará a escala global». Kusmuk recordó el ejemplo del asesinato en Sarajevo, el 28 de junio de 1914, del Archiduque Francisco Fernando de Austria, suceso que produjo el estallido de la Primera Guerra Mundial.

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