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Circunvalación Norte, respiro desde San Juan


Por Grace Moya
Salvando las distancias, existen ciertas similitudes entre nuestra principal ciudad del interior, Santiago de Los Caballeros y Barcelona. Ambas son capitales de zonas muy prósperas. Ambas son, en algunos casos, rivales de sus capitales nacionales Madrid/Santo Domingo. Ambas tienen un poderoso sector industrial, y ambas son poderes culturales y deportivos que temporada a temporada disputan trofeos a los equipos de sus capitales. Son ciudades orgullosas, y con su manera de hacer y ordenar las cosas. Ambas también son respetadas dentro del concierto de comunidades de sus respectivos países.
Y este Santiago, que dice de si mismo, Soy Santiago, este Santiago, del que los suyos y los de fuera dicen Santiago es Santiago, ha padecido incólume la apatía durante 20 años respecto al desarrollo de una de las obras de infraestructura más solicitadas por este poderoso contribuyente a las arcas nacionales desde el Cibao, que es Santiago. Aún recibiendo la maravillosa obra que es la Avenida Circunvalación Norte, su comunidad empresarial y ciudadana exige más, indican que hay más obras que amerita la importante urbe y eso es cierto.
Sin embargo, en estos veinte años han gobernado tres presidentes cercanos a Santiago, podríamos decir que muy cercanos. El ingeniero Hipólito Mejía es de Gurabo, comunidad santiaguera. El Dr. Jorge Blanco, era oriundo del mismo Santiago metropolitano y el Dr. Balaguer, oriundo de Villa Bisonó (hoy Navarrete) comunidad de Santiago. Todo esto sin contar a don Antonio Guzmán Fernández, otro célebre e inolvidable santiaguero, también Presidente de la República.
Cuando se llegaba al tema de la Avenida Circunvalación, nadie atendía al reclamo de la Ciudad Corazón. Pero ésta, tenaz, como siempre, no desfalleció.
Tres presidentes, uno hijo directo de la ciudad corazón, y dos hijos de comunidades cercanas a ellas, recibieron y escucharon solicitudes y no actuaron ante los reclamos de esta ciudad. Pese al silencio de esos presidentes santiagueros, llegó desde San Juan, desde el Sur profundo, para edificar en poco tiempo lo que la ciudad llevaba dos décadas solicitando.
Hay una gran lección aquí, divida en dos partes. La primera es una lección de constancia y persistencia, una lección de civismo y de amor por su comunidad; amor expuesto por munícipes de todos los estratos sociales de Santiago. Por otro lado, existe aquí una lección de acción, de un hombre que ve lo que se puede hacer y lo hace. Hablamos del Presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, digno sanjuanero que ha llegado como brisa de mayo sobre flores exhaustas para remover el polvo asentado de un pesimismo de años y hacer reverdecer los campos del optimismo y la esperanza. Ciertamente que ha llegado respiro y liberación para Santiago y en este día nos unimos a todos los santiagueros de buena voluntad y celebramos con ellos este logro de años ya cristalizado en una obra que ahora mismo los santiagueros están usando.
Enhorabuena hermanos santiagueros, y adelante.
Persistir valió la pena.

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