Al destacado animador de Santiago, actualmente conductor de programas de radio y de algunos segmentos de la televisión de los estados de La Florida y Nueva York, lo conozco de joven desde cuando participaba en la televisión de Santiago. Hasta en Santo Domingo hizo vida profesional con mucho éxitos. De ahí su salto a la gran urbe. Me refiero a Frederick Martínez (El Pachá).
Muchos párrafos le he dedicado a él porque sigue siendo el “muchacho de siempre”, el amigo y hasta admirado por sus proezas en un país que para ocupar la posición que tiene en estos momentos, hay que tener calidad, hay que buscárselas como un toro y ser atrevidos. Su proyección allá es buena; me atrevo a decir que está entre los más destacados de los profesionales latinos de la locución.
Tiene también entre sus características una manera “alocada” de actuar, buscando impactar y llamar la atención de los que lo siguen. Eso siempre se lo he cuestionado. Recordemos el beso a Fernando Villalona (en el aire en un programa de televisión), bajarse los pantalones en la alfombra roja de los premios El Casandra, el año pasado, y ahora la acusación que ha hecho a los cronistas de arte de Santiago.
El Pachá ha dicho que los cronistas de Santiago son unos abusadores e ingratos, porque escuchó la versión de que en las votaciones de El Casandra, en el segmento Comunicador Destacado en el Extranjero, le quieren “hacer coca” con la estatuilla que él dice es suya. Que los votos irán a engrosar la cuenta de otro comunicador.
Que a él hay que tomarlo en cuenta justificando que, es un hombre nacido en El Ejido, que se mete cincuenta pesos en un bolsillo y cien en el otro para saldar recibos de compraventas, recetas médicas y hasta colaborar para comprar una caja de muerto. Es decir, que es un filántropo, además de buen animador.
Pero creo que no es por eso que se reconoce el trabajo de un artista de todo un año; que se ganan los sufragios. No era necesario mencionar esa bondad (de la cual no sabíamos engalanaban a El Pachá), ni llamarle ingratos y abusadores a una clase que lo que ha hecho siempre es apoyarlo, aconsejarlo, desearle lo mejor, y muchas veces recomendarle cosas cuando “mete la pata”.
Y ahora la metió hasta la coronilla. A él nadie le ha dicho que los votos de la crónica de Santiago, en los renglones que se le ha nominado los tiene como herencia. A pesar de que es un niño mimado de la crónica de Santiago. ¡Wao!. Increíble, pero cierto, parece muy chistoso, hasta que no le toca a uno. Uff, para sonar.