La actriz de 29 años confesaba en la presentación de la película -aún no estrenada en España- que no le fue fácil asumir este momento interpretativo: «La primera vez que vi la escena estaba aterrorizada, en parte por el desnudo. No sabía cómo iba a ser usado ni cómo de desnuda iba a ser mi actuación, en sentido figurado».

Johansson, que admite que no es habitualmente una persona «provocativa», defiende que la escena del desnudo «no era gratuita». Fue el director de la cinta, Jonathan Glazer, el que le convenció de la importancia de despojarse de sus ropas: tenía que interpretar a una alienígena que seduce a los hombres hasta que estos caen litealmente al suelo de la impresión.

No obstante, Scarlett Johansson era consciente de que había muchas posibilidades de -como ha acabado sucediendo- la imagen corriera como la pólvora independientemente de la película. «Tú asumes de que va a haber un fotograma circulando. De alguna manera sopesas el valor de el riesgo que estás tomando», dijo al referirse a su escena.

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«Under the Skin» (Bajo la piel) cuenta la historia de una extraterrestre que deambula por Escocia buscando hombres que capturar para llevarlos a su planeta como comida. Dirigida por Glazer -habitual realizador de videoclips-, la cinta está basada en una novela homónima publicada en el año 2000 por el escritor Michael Faber y tiene a Johansson como principal atractivo.

La película, que solo se ha estrenado en tierras anglosajonas, cosechó desiguales críticas en el Festival de Venecia, donde fue vista por primera vez. Sin embargo, su estilo de cine de guerrilla, de bajo presupuesto y con algunos actores no profesionales, le ha otorgado un 85% de opiniones favorables en páginas como Rotten Tomatoes o un 78% en Metacritic.

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El primer desnudo, «involuntario»

No es la primera vez que las redes sociales se llenan de imágenes de la actriz sin ropa. Hace tres años, sufrió el ataque de un hacker sobre su teléfono móvil, quien cogió del dispositivo varias autofotos íntimas de Johansson, que distribuyó por internet.

Las imágenes corrieron como la pólvora por la Red y afectaron profundamente a la actriz. Aunque peor le fue a la persona que robó las fotos: Christopher Chaney, un hombre de Florida de 36 años, acabó atrapado por el FBI y condenado a diez años de cárcel. Él se defendía diciendo que solo las cogió por simple «curiosidad», pero su difusión se le fue de las manos: «Creció como una bola de nieve», dijo entonces.

En el otro lado, miles de internautas famosos y anónimos se solidarizaron con la actriz y se fotografiaron en posiciones similares a las fotos robadas, mostrando sus cuerpos desnudos, para luego difundirlas por internet.